La cosecha de soja finalizó en nuestro país con un rinde que se ubicó un 33% por debajo de lo alcanzado en el ciclo anterior. De acuerdo a las estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el rendimiento promedio fue de 21,4 qq/ha, lo que arroja una producción de 36 millones de toneladas.
En este sentido, desde la cadena de la oleaginosa comentaron: «La campaña estuvo empañada por el fenómeno climático que hizo que los rindes fueran muy malos, a lo que se suma la guerra comercial entre China y Estados Unidos, lo que genera mucha incertidumbre», comentó en diálogo con Agrofy News Luis Zubizarreta, presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja).
En palabras de Zubizarreta, el clima adverso diluyó todos los esfuerzos del Gobierno nacional por incentivar la producción: «Hay un enorme esfuerzo en mejorar la logística, con inversiones ferroviarias». «Apuntar al Belgrano Cargas y la Hidrovía va a potenciar la producción en zonas nuevas con mucho potencial, que actualmente tienen un desarrollo muy bajo«.
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La sequía impactó con fuerza sobre el complejo sojero, con una merma de US$ 4.200 millones en el PBI de la cadena oleaginosa y de US$ 4.800 millones de exportaciones netas.
Ahora, «el Gobierno mira para adelante y se da cuenta que para salir hay que fortalecerse y desarrollarse. Debemos fortalecer los eslabones en los que más oportunidades tenemos«, señaló el titular de Acsoja y agregó que los productores ya apuntan al nuevo ciclo, para el que se esperan condiciones climáticas más favorables: «Estamos seguros que el productor va a volver a invertir y volver a apostar».
Además del clima, otro factor que suma incertidumbre para la oleaginosa son los conflictos comerciales que actualmente enfrentan a China y Estados Unidos. Este factor llevó a la oleaginosa en el mercado de Chicago a cotizar en valores mínimos desde 2008. A esto se suma el hecho de que «la soja es el cultivo más castigado con retenciones«.
Desde Acsoja consideran a la guerra comercial como una oportunidad para negociar con China, pero para potenciar la demanda de productos con mayor valor agregado: «Si bien China puede demandar más alimentos de Sudamérica, la amenaza es que sean con menor valor agregado«.
«El problema de la guerra comercial es que genera incertidumbre por el hecho de que no se sabe adónde puede terminar», explicó.
En lo que hace al aceite de soja ya se concretó la primera venta al gigante asiático, pero la contracara es la situación actual del biodiésel: «Hay una investigación en curso por supuestos subsidios, sabemos que no existen pero generan bastante preocupación en el mercado«.
De este modo, la soja se despide de un ciclo que enfrentó numerosas amenazas, pero con la mira ya puesta en la nueva campaña: «Tenemos que hacer una apuesta grande«, concluyó Zubizarreta.