La Bolsa de Cereales de Buenos Aires analizó tres casos regionales para conocer las particularidades y tendencias en el uso de tecnologías y manejo técnico.
El trigo y la cebada aportaron el 20% de la superficie agrícola nacional durante la última campaña, con una gran participación sobre el volumen total de insumos agrícolas aplicado.
De hecho, en el ciclo 2016/17 representaron el 39% del volumen total aplicado de fertilizantes, mientras que de los fertilizantes nitrogenados aplicados, el 52% fue en trigo y cebada. En tanto, el 27% del volumen total de fungicidas se aplicó a estos cereales de invierno.
Tres casos regionales
La adopción de tecnología varía entre regiones, así como el aporte a la producción nacional de cereales de invierno como el trigo y la cebada.
Debido a ello desde el Departamento de Investigación y Prospectiva de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires seleccionaron tres casos regionales para analizar sus particularidades y tendencias en el uso de tecnologías y manejo técnico.
Caso 1: Sudeste de Buenos Aires
En primer lugar se analizó a los cultivos de trigo y cebada en el Sudeste de Buenos Aires: «En el núcleo productivo de cereales de invierno, concentró más del 90% de los planteos en niveles tecnológicos altos y medios».
Allí la densidad de siembra varía entre 110 y 130 Kg/Ha en los últimos años: «Las mayores densidades de siembra registradas en trigo se deben a la disponibilidad de variedades de ciclo corto y a la fecha de siembra».
En tanto, la adopción de siembra directa en el Sudeste de Buenos Aires no varía entre ambos cultivos: «Las condiciones climáticas durante la cosecha de gruesa obligaron a la remoción eventual de lotes, lo que generó una reducción de la adopción de siembra directa en las últimas dos campañas».
En la última campaña el tratamiento en semillas de trigo y cebada tuvo como principal objetivo el control de enfermedades fúngicas. El uso de insecticidas no fue importante disminuyó debido a una menor presión de insectos durante la etapa de implantación.
En tanto, el uso de carboxamidas en el tratamiento de semillas fue mayor en cebada que en trigo. En cebada representó un 35% del volumen total y en trigo solamente un 8%.
La fertilización con urea no presentó grandes variaciones entre cultivos a lo largo de las campañas relevadas, las principales variaciones fueron interanuales. En la última campaña se incrementó la cantidad media aplicada de urea en trigo y cebada.
En el ciclo 2017/18 de los productores que fertilizaron, la mitad lo hizo con entre 120 y 200 Kg/Ha de urea (en una o más aplicaciones), y con entre 80 y 100 Kg/Ha de fosfato diamónico (PDA).
Caso 2: Sudoeste de Buenos Aires-Sur de La Pampa
En segundo lugar se analizó un caso de cebada en el Sudoeste de Buenos Aires-Sur de La Pampa: «Es la única zona donde, en la campaña 2017/18, el cultivo registró un incremento conjunto en el área sembrada y el nivel tecnológico aplicado», explicaron desde la entidad porteña.
El Sudoeste de Buenos Aires-Sur de La Pampa es la zona con menor porcentaje de adopción de siembra directa. Allí en la última campaña las expectativas de buenos rindes incentivaron la fertilización nitrogenada en cebada: «La cantidad media aplicada de urea se incrementó en 28 Kg/Ha».
El buen estado general del cultivo junto con una presión fúngica alta, impulsó una mayor inversión en fungicidas en cebada. Mientras que en la campaña 2016/17 no se registró un uso significativo de carboxamidas, en la última campaña las mismas alcanzaron el 31% del volumen total de fungicidas aplicados.
Caso 3: Trigo en el Núcleo Norte
Por último se analizó un caso de trigo en el norte de Buenos Aires-Sur de Santa Fe: «Allí el cultivo mostró en la última campaña una mejora en la fertilización y en el tratamiento de semillas».
En la última campaña se incrementó el uso de fungicidas, dentro de los cuales se incorporaron las carboxamidas como nueva alternativa: «El tratamiento con insecticidas tiene en la zona mayor importancia que en los núcleos productivos del sur de la provincia de Bs. As«.
La cantidad media aplicada de urea se ha incrementado desde la campaña 2014/15: «La fertilización a la siembra con urea y refertilización con fuentes nitrogenadas líquidas explica el valor de las dosis mínimas registradas en la últimas dos campañas«.