La producción nacional se estima en 18,445 millones de toneladas (MT), levemente superior a la campaña 2016/17 con 18,340 MT. Se sembraron 5,897 Mha y se cosecharon 5,793 Mha, con un rinde promedio nacional de 3.184 kg/ha, inferior en 124 kg/ha al promedio nacional de la campaña anterior.
La siembra se realizó con una muy buena disponibilidad de agua en el perfil del suelo, destacándose en la mayoría de los meses lluvias por encima del promedio histórico, con excesos hídricos en algunas zonas que impidieron la siembra de algunos lotes.
Las temperaturas desde julio hasta septiembre fueron más altas que la media histórica, con un adelantamiento de la fecha de espigazón de alrededor de 5-7 días en algunos cultivares. No se registraron heladas fuertes en la implantación y macollaje. Se realizó fertilización fosfatada durante la siembra y nitrogenada previa a la siembra o siembra-macollaje.
EL ROL DE LAS ENFERMEDADES
Las enfermedades foliares fueron muy importantes por las condiciones predisponentes y cambio de razas en las royas. Hubo ataque temprano de roya amarilla que continuó a lo largo del ciclo de cultivo con alta incidencia negativa sobre el rendimiento en cultivares susceptibles. Al final del ciclo apareció un ataque leve de roya del tallo y moderado ataque de mancha amarilla y trazas de fusariosis de la espiga solo en algunos cultivares.
Sobre los cultivares de ciclo largo e intermedio se observó un leve ataque de bacteriosis. El llenado de granos se presentó con óptimas condiciones de temperatura durante casi todo el período y la cosecha en condiciones normales, permitiendo alcanzar muy buenos rendimientos de granos. Hubo lotes en las subregiones IIN, IIS y IV con rendimientos cercanos a los potenciales de cada variedad con 6.000 y 7.000 kg/ha de promedio de producción.