Agroecología en marcha, la importancia de ver y conocer

Los módulos demostrativos del INTA. “En su búsqueda por fortalecer la viabilidad social y productiva, la Agroecología propone un abordaje más complejo que considera fuertemente la visión del productor. Este proceso se orienta hacia la selección de tecnologías y alternativas de producción capaces de reducir riesgos y optimizar el uso de los recursos internos, buscando alcanzar sistemas con niveles de productividad estables que no afecten negativamente el equilibrio ecológico-ambiental. Por ello podemos referirnos al mismo como un proceso de transición agroecológica el cual implica orientarse al cumplimiento de cuatro criterios básicos en lo referente al manejo del sistema: aumentar el grado de autonomía; disminuir el riesgo; hacer un mayor aprovechamiento de recursos locales; e incrementar la diversificación”.

La generación de riqueza en el sector agropecuario nacional enfrenta tres grandes desafíos: 1) mejorar su competitividad, 2) reducir la pobreza de la población rural y 3) aumentar la sostenibilidad de los recursos naturales. Estos desafíos, por su complejidad, son objeto de atención pública a través de diversos mecanismos que los sostienen, basados en conocimientos y en la transferencia de éste a los productores del medio rural, denominados de manera genérica como “mecanismos de intervención  – extensión”.

En este sentido, la extensión debe de entenderse como un proceso de comunicación más que como provisión de conocimientos. Es decir, debe de existir un diálogo en el que existan sujetos activos que problematicen los hechos, generen retroalimentación y puedan llegar a acuerdos en común.

Los módulos demostrativos pueden considerarse como actores que actúan a modo de “fuente” en una red de innovación: los módulos son parcelas en las cuales por un lado, se prueban y validan tecnologías desarrolladas en las plataformas o en áreas experimentales. Por otro lado, se integran y adaptan las tecnologías generadas en la plataforma, dando origen a la validación o al ajuste de dichas tecnologías. Por último, se difunden los resultados de lo que funciona y de lo que no funciona acorde a las condiciones agroclimáticas y socioeconómicas de la región donde se localiza.

Un módulo actúa entonces como un “actor” del escenario local; es decir, posee cierto nivel de adopción de innovaciones deseadas, comparte sus experiencias a otros actores y se caracteriza por evaluar diversas tecnologías de su interés y ser el contacto inmediato y natural entre la plataforma de investigación, las áreas de extensión y los actores locales, de ahí su importancia. Actualmente existen 9 módulos desarrollados por el INTA, solo considerando la región pampeana, en diferentes estados de adopción de la agroecología, abordando diferentes situaciones agrícolo – ganadera, incluyendo algunos la perspectiva silvopastoril, etc. Abarcan realidades productivas diferentes desde Reconquista, Marcos Juárez y Oliveros en Santa Fe; Manfredi en Córdoba; Castelar, Colonia Basualdo, Balcarce, Barrow, Bordenave, en la Pcia de Buenos Aires.

La propuesta de la Cuenca del Salado, para el Sistema Agroecológico Bajo Estudio en Colonia Basualdo, se basa en la utilización racional de los recursos del sistema, tanto el pastizal natural – principal recurso forrajero de la región-  como así también el monte, y de los animales haciendo hincapié en el manejo agroecológico. Este tipo de ganadería, si bien puede beneficiarse de los saberes de productores ganaderos, incluso los más “tradicionales”, está lejos de ser  una ganadería “tradicional” extensiva. En el módulo se trata de respetar los principios ecológicos y a la vez utilizar los más modernos aportes científicos siempre y cuando cumplan con el objetivo de llevar adelante un sistema de producción “natural” con la mínima incorporación de insumos externos y la utilización de recursos locales, basándose en tecnologías de procesos en lugar de tecnologías de insumos.  Para el caso particular de los productores ganaderos de la Cuenca del Salado, los cuales se ven afectados por frecuentes inundaciones que deterioran sus pasturas implantadas (recursos que muchas veces reemplazan a los pastizales naturales, logrando un ecosistema altamente transformado) y complican el manejo del pastizal, la incorporación de estrategias que aumenten la resiliencia de su reserva forrajera, resulta un foco de fundamental importancia.

 

Fuente: INTA

Más información agropecuaria clickea aquí

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *