La sustentabilidad del sistema productivo argentino se podría utilizar como una «marca país» al momento de exportar alimentos al mundo. Se trata de una ventaja ambiental que se podría certificar para posicionar de una manera distinta a los productos que genera el campo.
LA SUSTENTABILIDAD COMO «MARCA PAÍS»
Uno de los comentarios en el Seminario Anual de la Fundación Producir Conservando fue que en la actualidad en algunos círculos académicos e institucionales del Hemisferio Norte predomina el concepto de que en Sudamérica en general, y Argentina en particular, se practica una producción agropecuaria que no es ambientalmente sustentable.
«Esta visión también ha colonizado algunos círculos académicos nacionales«, explicó Ernesto Viglizzo, asesor ambiental del Grupo de Países Productores del Sur (GPS).
Viglizzo destacó que la supuesta baja sustentabilidad de nuestro sector rural habilita el levantamiento de restricciones comerciales que amenazan algunos mercados existentes: «Existe una métrica sesgada para justificar acciones que es necesario neutralizar y prevenir«.
El especialista en temas ambientales comentó que hay argumentos para sostener que nuestros sistemas de producción han evolucionado tecnológicamente hacia un modelo de intensificación sustentable: «Existe una ventaja ambiental comparativa que debe difundirse para neutralizar opiniones sesgadas y mala prensa«.
La intensificación sustentable tiene que ver con una mayor producción pero relacionada a factores tecnológicos. Desde el 2008 la tasa de deforestación anual en la Argentina disminuyó a un tercio de los niveles de años anteriores con un volumen de cosecha creciente.
Ventaja comparativa
«Administrar inteligentemente esta ventaja es imprescindible en tiempos de creciente tensión ambiental. Los números indican que producimos (por Argentina) más bienes y servicios agropecuarios con menor impacto sobre el ambiente que otros países», fueron las palabras de Viglizzo.
Se trata de una ventaja que viene de la mano de sistemas de producción basados en la siembra directa y Buenas Prácticas Agrícolas. Algo que fue destacó en un Twit por Santiago Nocelli, quien en la actualidad se desempeña como director de apertura de mercados agroindustriales en el Ministerio de Producción.
A modo de ejemplo, la erosión del suelo en tonelada por hectárea al año alcanza las 7,5 en China contra 1,9 en Argentina. Por otro lado, en el gigante asiático el consumo de plaguicidas en kg/ha/año es de 13,06 contra 5,17 y 4,57 en Argentina y Brasil respectivamente.
El siguiente gráfico muestra la posición relativa de Argentina, Brasil y China en indicadores de sustentabilidad rural.
E= erosión; N= uso de nitrógeno; F= uso de fósforo; P= uso de plaguicidas; EA=emisiones agropecuarias; ED=Emisiones por deforestación; A=Agua no pluvial.
«Países como Argentina poseen atributos insuficientemente valorados y difundidos para proveer, al mismo tiempo, seguridad alimentaria y seguridad ambiental a países que carecen de ella. Es necesario certificar esta ventaja comparativa», concluyó planteando el interrogante de si podremos lograrlo.