Los mayores alzas, tanto en área sembrada como en producción, se produjo en trigo como en maíz. ¿Se mantendrá el crecimiento en el futuro inmediato?
La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA) presentó un informe sobre el impacto de bajar los derechos de exportación.
“Un primer impacto de bajar los derechos de exportación, e impuestos en general, es que se genera
un efecto productivo positivo, impulsando la producción”, introduce el informe. Asimismo, explica que esto se ejemplifica, claramente, con el cambio que tuvo la producción agrícola, comparando las cosechas 2014/15 con derechos de exportación (35% para soja, 23% para trigo y 20% para maíz) y restricciones a la exportación de maíz y trigo versus la campaña 2018/19 con solo derechos de exportación mucho más bajos (24,7% para soja, 6,7% para trigo y 6,7% para maíz).
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Sin impuestos o restricciones a la comercialización, la producción agrícola exploró nuevos horizontes.
Desde el 2015/16 hasta la actualidad, según FADA, la mayor área implantada se produjo en los cultivos de invierno: Trigo creció en 2,2 millones de hectáreas, con un incremento del 51%, mientras que cebada cayó en 100.000 hectáreas.
Por su parte, en los cultivos de grano grueso, la Fundación registró un aumento de 3 millones de hectáreas sembradas en maíz (un crecimiento del 49% del área sembrada), 500.000 más en girasol y una reducción de 2,8 millones en soja y 300.000 en sorgo.
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En total, sumando los cultivos de invierno y verano, el área cultivada se incrementó en 2,4 millones de hectáreas.
El incremento del área sembrada, también se tradujo en un incremento de las toneladas producidas. La producción de maíz creció en 23,2 millones de toneladas (69% de crecimiento), la de trigo en 7,7 (68% de crecimiento), la de girasol en 700.000 y la de maní en 300.000.
Al mismo tiempo, la soja cayó 6,4 millones de toneladas, cebada 900.000 y sorgo 1,5 millones. Así, la producción creció en 23,1 millones de toneladas.
Tanto la campaña 14/15 como 18/19 fueron buenas en términos climáticos, pero con rindes superiores en la campaña 18/19. Ese incremento de rindes puede ser resultado de una combinación de factores.
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Entre ellos, por mejoras tecnológicas y de manejo. Los rindes en soja se han incrementado en un promedio de 43 kilos por hectárea por año durante los últimos 20 años, por su parte, en maíz la mejora ronda los 144 kilos anuales y en trigo 22 kilos.
También en relación a eso, el incremento de la fertilización, que en 2018 fue un 37,9% superior a la de 2014, y 73,9% superior a la de 20155 , y la mejora de las rotaciones, pueden haber contribuido a mejores rindes. Por último, el clima también puede haber tenido parte del efecto positivo.