Solicitaron al Gobierno nacional que el sistema de control se extienda también al germoplasma.
Las empresas que operan en el mercado interno le solicitaron la extensión por tiempo indeterminado del sistema de control de uso del la tecnología en semillas (conocido como Bolsatech).
A través de una carta, la Asociación de Semilleros Argentinos planteó la necesidad de que el mecanismo de control no requiera de su autorización todos los años (se necesita la autorización para la campaña 2020/21) y que se lo fije por resolución en forma definitiva.
Desde los semilleros aseguran que la continuidad de la medida en el tiempo va a darle previsibilidad a las empresas que quieren traer nuevas variedades, en especial de soja y trigo.
El tema de la prórroga del Bolsatech es inminente, ya que vence en febrero, ya además requiere de la firma del presidente del Instituto Nacional de Semilla (Inase) que aún no fue ratificado en el cargo, aunque se descarta la continuidad de Raimundo Lavignolle.
Necesidades
La falta de una nueva ley de semillas (la actual está vigente desde 1973 y está en debate desde hace más de 10 años) tiene paralizadas las inversiones de la industria semillera en el país.
Además de su continuidad en el tiempo de la cláusula, los semilleros pidieron que Bolsatech extienda sus facultades de control también al germoplasma. Si bien nació para fiscalizar el pago de la tecnología en soja Intacta, la idea de la industria es extenderlo también a las variedades que no son genéticamente modificadas.
El pedido de controlar surge ante inconsistencia de la información suministrada por el Sistema de Información Simplificado Agrícola (Sisa) y el cruce con la Afip.
Implementada por la resolución del Inase 2006, Bolsatech arrancó en la campaña 2016/2017 y alcanza a todas las entregas de granos de soja y de algodón que se realizan en el país.
Para las 80 empresas nacionales e internacionales que proveen el 90 por ciento de la semilla sembrada de maíz, soja, girasol y trigo, el sistema Bolsatech garantiza contar con un comercio fluido.
Por Alejandro Rollán