“Nos parecía interesante pensar en cómo hacer más práctica la carne en un país como el nuestro», destaca uno de los fundadores de Pocket Snacks.
Radics y Cavallo se conocieron en 2016 mientras cursaban una maestría juntos. A pesar de que venían de rubros diferentes, tenían una misma inquietud. Ambos habían vivido en el exterior y habían descubierto que muchos de los productos que consumían, en la Argentina no existían. “Vimos que en materia de alimentos nuestro país estaba muy subdesarrollado”, explica Radics. Entonces decidieron emprender juntos.
En 2017 comenzaron a producir barritas de carne disecada. La premisa era simple: un producto sano que funcionara como un snack saludable. Luego se volcaron de lleno en la producción de la carne de cerdo deshidratada.
Actualmente producen tres sabores:
– Original (salado y ahumado)
– Teriyaki (a base de salsa de soja dulce)
– Honey BBQ (sabor agridulce con miel y salsa barbacoa)
“Nos parecía interesante pensar en cómo hacer más práctica la carne en un país como el nuestro. Gran parte del consumo es fresco y no hay mucho que ya esté listo para comer y que sea limpio, práctico y no necesite heladera”, dice Cavallo, quien grafica que a diferencia del jerky de carne vacuna, la de cerdo es más tierna. “No hay que masticarla como si fuera una suela de zapato”, grafica.
Los emprendedores destacan que tener la carne en una bolsa ya lista para ser consumida les da la posibilidad no sólo de estar en mostradores, sino también en espacios típicos de deportistas. “Los que valoran el producto son los deportistas. Tenemos una increíble aceptación en maratonistas y gente que practica crossfit, que necesitan incorporar proteínas en la media hora posterior al entrenamiento para regenerar”, señala Radics. Por su parte Cavallo enumera a las personas que llevan en su mochila el jerky para realizar trekkings, correr, practicar deportes náuticos y hacer ciclismo. “Mucha gente lleva el snack a la montaña o a alguna aventura”, observa.
La comercialización de la carne es mediante bolsas de 30 gramos y de 50 gramos, que cuestan entre $130 y $200. Si bien en la actualidad los productos pueden adquirirse por venta online, este año esperan poder entrar en casas de deportes, gimnasios y almacenes gourmet para vender el snack. Su intención es expandirse más fuertemente en todo el país y ya tuvieron interés de Ecuador y Chile para colocar su producción.
Para este 2020 proyectan producir el doble, es decir aproximadamente 100 kilos semanales de nalga, que genera alrededor de 50 kilos de jerky (unas 1500 bolsas de 30 gramos)
Como parte del plan de expansión para este año, los empresarios esperan complementar la proteína del snack con energía, sumando frutos secos y dátiles. “En el país existen mix de frutos secos que te dan energía, pero carecen de proteína”, indica Radics.
El empresario explica: “Es importante la proteína para regenerar los músculos. El hierro es importante para el funcionamiento del cerebro”. Además, recuerda que existen distintos tipos de proteínas y que las de más alta biodisponibilidad son las más convenientes para el organismo. “Y en la carne de cerdo es muy alta la biodisponibilidad”, afirma Radics.
Producción de jerky
El jerky que ellos producen tiene un proceso similar al que se utiliza para el charqui del norte argentino. Cada jerky tiene un cuidadoso proceso de producción. La materia prima para el snack proviene de una pyme de carne de cerdos que pertenece a Radics. “Producimos cerdos en Carmen de Areco y los mandamos a faenar. De esta forma podemos hacer la trazabilidad completa del animal”, detalla.
Para los snacks utilizan la nalga del cerdo, que es desengrasada y desnervada. La filetean y le hacen un marinado donde se le agregan los condimentos y especias. Luego la carne es emparrillada y se la pone en un horno. Se la cocina a bajas temperaturas, pero lo suficiente para que haya letalidad de bacterias.
La carne es deshidratada y cocinada entre 8 y 10 horas. Una vez que está deshidratada al 50% de su peso original, se la corta. El envasado, en vez de hacerlo al vacío, lo realizan con una máquina que absorbe el oxígeno, de esta forma el producto puede de mantenerse 18 meses fuera de la heladera.
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