A la crisis económica, se sumó la dificultad para hacer recorridos por los campos debido a las medidas de aislamiento social.
Las actividades agropecuarias son unas de las consideradas “esenciales” en la emergencia y, por eso, están exceptuadas de cumplir con el aislamiento obligatorio.
Sin embargo, no todos los rubros vinculados al campo están pudiendo trabajar ni sobrellevando la crisis mejor que otros sectores: la actividad inmobiliaria rural, por ejemplo, tiene en la pandemia de coronavirus un factor más que potencia el escenario negativo.
El índice de actividad que elabora la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (Cair) marcó en marzo un descenso de ocho puntos con respecto a febrero y del 49 por ciento en relación al mismo mes del año pasado.
“Fue el índice más bajo para el mes de marzo desde que se comenzó a medir este indicador”, sintetizó la Cair.
Y continuó: “Se visualiza la profunda crisis que está atravesando la actividad inmobiliaria rural. Lo que parecía ser un comienzo de mes auspicioso, se trastocó con el avance de la pandemia, hasta reportarse una virtual paralización de la actividad de venta de campos”.
Según la entidad, “a la creciente crisis económica se suman las serias limitaciones para recorrer campos con los interesados que se mantienen activos, combinación que postergan un horizonte de recuperación, reflejado en todos los factores que componen el índice”.