Marcha ascendente: el agro mantiene su poder de compra para renovar los “fierros”

Los precios de la maquinaría agrícola se mantienen al valor del dólar oficial. Las fábricas locales señalan que están trabajando a ritmo normal y con un buen nivel de ventas.

En el mundo de los agronegocios suelen coincidir en que Expoagro es uno de los mejores termómetros para medir y pronosticar el clima de inversiones que puede esperarse para el sector durante el año.

La última edición de la megamuestra agroindustrial se realizó en un contexto con nubarrones.

Primero, porque se llevó a cabo en el marco de un cese de comercialización realizado por los productores, en protesta por el incremento de las retenciones.

 

Segundo, porque tuvo lugar cuando comenzaban a verse a nivel global los efectos nocivos de la pandemia de Covid-19, que incluso llevó a que se suspendiera la última jornada de la feria como medida preventiva.

Sin embargo, ya en ese momento, los fabricantes de maquinaria agrícola habían recogido expectativas optimistas.

De la mano de fuertes ofertas de financiamiento, se vio “menos cantidad de público, pero más focalizado: los que vinieron fue para sentarse a ver qué negocio podían hacer”, aseguraba hace dos meses el presidente de la Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola y Agrocomponentes de Córdoba (Afamac), Fernando Zaragosí.

Una semana después de Expoagro, el Gobierno argentino anunció el inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio.

La industria de maquinaria agrícola inicialmente estuvo incluida en la cuarentena, pero pronto, el 3 de abril, fue habilitada para volver al trabajo.

A poco más de un mes de ese retorno, Zaragosí asegura que aquel aire fresco que se había sentido en la expo de San Nicolás todavía sigue soplando.

Panorama

“Ya se está trabajando a un nivel casi normal. Al principio hubo un sofocón del que tuvimos que ponernos al día. Pero lo bueno es que el agro es una actividad que nunca paró. No hubo un problema de mercado, sino más bien interno de acomodar los procesos productivos y de establecer nuevos protocolos de seguridad”, indicó el titular de Afamac.

El representante de la firma Ingersoll, de Monte Maíz, asegura que la faz industrial ya está ordenada y que por eso las empresas ya ponen más el foco en el aspecto comercial, por ejemplo, avanzando con operaciones que habían quedado pendientes de Expoagro.

“La demanda de maquinaria es buena, incluso estamos teniendo algunas dificultades para cumplir con algunos de los pedidos, por las modificaciones que hubo que hacer en los turnos de trabajo, porque algunos proveedores no están trabajando a pleno, y por la menor cantidad de personal disponible para trabajar por estar incluido en grupos de riesgo. Sólo nos faltaría un poco más de crédito a baja tasa para completar las aspiraciones del sector”, añade.

Para Zaragosí, dentro del contexto general, el presente sectorial es muy bueno. “Uno mira a los costados y ve empresas que llevan 60 días sin actividad. Somos privilegiados: estamos trabajando y a buenos niveles”, admite.

Según una estimación de la Bolsa de Cereales de Córdoba, la soja de primera y el maíz tardío, los cultivos que más superficie ocupan en la provincia, están cerrando la campaña con rentabilidad negativa. Pese a este panorama, Zaragosí asegura que hay un interés activo de los productores por renovar la maquinaria.

“Sucede que la relación ‘grano-máquina’ es mejor hoy que el año pasado, porque los precios se mantienen a valor del dólar oficial. Si bien el productor cobra menos por las retenciones y los precios de los granos son inferiores, compra antes de que llegue una posible devaluación”, explica.

En la misma sintonía opina Rosana Negrini, presidenta de la fábrica de sembradoras Agrometal. “Hace dos semanas que estamos trabajando a full. Las ventas son muy similares a las del año pasado que no fue récord pero fue bueno, con alrededor de 400 máquinas producidas. El campo es lo único que no paró y en general tuvo una buena cosecha. Y como las listas de precios siguen al dólar oficial, en cierto modo están haciendo negocio antes de que suban”, coincide.

Más empleo

El presente de la empresa de sembradoras de Monte Maíz sorprende también por un dato que aporta Negrini: no sólo no se ha desprendido de personal, sino que debió contratar más operarios para poder cumplir con los compromisos de ventas para los próximos meses.

“Entraron 10 personas con contratos por tres meses, que luego se prorrogan hasta fin de año y seguro varios se quedarán”, destaca la empresaria.

Una situación similar se vive en Metalfor, donde tienen pensado incorporar 30 trabajadores, según adelanta Eduardo Borri, presidente de la firma.

“Estamos trabajando a una velocidad real del 50 o 60 por ciento, pero ya tendríamos que estar al 100 por ciento. Tenemos buenos niveles de ventas y hasta atrasos en la producción debido a que nos faltan insumos. Estamos empezando a diferir entregas de equipos a octubre”, describe.

Borri adquirió Metalfor en 2017 y afirma que ese fue el mejor año en ventas desde entonces. Su proyección es que 2020 podría acercarse a esas cifras e incluso superarlas.

Además del refugio de valor que significa comprar “fierros” al tipo de cambio oficial, considera que con los créditos que hay disponibles, con tasas del 25 por ciento en el marco de una brecha cambiaria tan alta, el productor sabe que guardando sus granos, a la larga, va a poder cancelar sin problemas ese financiamiento.

En San Francisco, y en plena cosecha de granos, Akron mantiene activa y a ritmo la producción de embolsadoras, extractoras de granos y tolvas.

Pero no todo es agricultura; su titular Alberto Gaviglio destaca también la buena performance de otros productos que fabrica la empresa, como esparcidores de enmiendas y cajas compactadoras de forraje.

“Venimos bien, con ventas iguales a las del año pasado. Se ve una demanda pareja no desesperada por comprar, pero que mantiene el interés”, subraya Gaviglio.

Tractores, más lentos

Algunos kilómetros más al sur, en Las Varillas la empresa Pauny es la que más ha tardado en retomar la actividad: recién volvió a operar el lunes pasado, luego de que los motores que trae de Brasil para equipar sus tractores pudieran traspasar la frontera.

También sufrió por otros proveedores, como una fábrica de limpiaparabrisas ubicada en el conurbano bonaerense que no está habilitada para trabajar.

Raúl Giai Levra, presidente la firma, estima que recién en julio volverían a un ritmo de producción normal para esta época del año y sostiene que, si bien la demanda “no está en su furor”, están fluyendo las operaciones que quedaron de Expoagro y con buenas perspectivas a mediano plazo.

“El campo pudo seguir trabajando. Al no sufrir la consecuencia de estos parates, es un mercado que reacciona más rápido”, comenta.

Además de los problemas con los proveedores de agropartes, menciona como un obstáculo adicional la imposibilidad de los vendedores de viajar, debido a que los hoteles están cerrados.

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