ECONOMÍA Y POLÍTICA Ley De Biocombustibles: Uno De Los Instrumentos Más A Mano Para Reactivar La Economía Tras La Pandemia

«El problema fue la depreciación de la moneda”, explicó, que trajo una transferencia de precios para los commodities agrícolas, y ahora los precios del azúcar respecto de los de etanol de caña están mejor que en los últimos 5 años: “Prevemos una zafra mucho más azucarera, y menos etanol”.

En cuanto al consumo de etanol en Brasil, este año se redujo, pero a niveles equivalentes a 2017. En cambio, las exportaciones se ven beneficiadas por la devaluación, “principalmente a California, que paga un premio por la ventaja ambiental del etanol de caña, y en mercados como Corea y Japón”, dijo.

“Prevemos que, si el etanol de caña se reduce este año, la producción caiga de 35.500 millones de litros en 2019 a 30.000 millones este año. A la inversa, la producción de etanol de maíz, que se multiplicó 20 veces en los últimos 5 años, crece a tasas muy elevadas: este año cerraría en 1,671 millones de litros, y estimamos alcanzará 2.500 millones de litros en la zafra 2020/21”.

Ese incremento se relaciona con la producción de maíz en Brasil, que para la cosecha 2019/20 se estima de 102,3 millones de toneladas. De estas, 75,9 millones serán de segunda zafra, la que más se proyecta que aumente”. Aunque con una productividad que tiene mucho para crecer (5.530 kilos por hectárea), el área cultivada de maíz fue de 18,5 millones en el ciclo 2019/20; la segunda zafra ocupó 8,83 millones de hectáreas, lo que implica que el 53,6% de la soja se hace con maíz de segunda”.

Por otro lado, la pavimentación de la ruta transamazónica RB 163 abre una conexión más económica entre el Mato Grosso y las áreas del norte, y con el estado de Pará y el puerto de Belém, para enviar maíz y etanol al norte y nordeste de Brasil y competir con importaciones de etanol de Estados Unidos.

“Los mercados de etanol creemos que se van a seguir expandiendo por los desarrollos de la industria automotriz, con híbridos de menor consumo energético, más eficientes y económicos”, dijo Nastari.  El experto puso dos ejemplos: el híbrido flex lanzado en septiembre pasado por Toyota, “el automóvil más eficiente y de menor contaminación”, y un híbrido en serie de Nissan, que se va a lanzar en Brasil en versión flex en 2021. “Los vehículos con etanol son los de menores emisiones de todos”.

“En Brasil, en 2019, el etanol sustituyó un 46% de gasolina; en la Argentina, 12%; en Paraguay, 25%; en Uruguay, 8%. Y hay mucho interés en muchos países por el etanol por la baja emisión: en 2030 las bioenergías deberían duplicarse. La producción de biocombustibles debe crecer de 130.000 millones de litros a 500.000 millones en 2030 para atender el Acuerdo de París”, dijo el experto.

“Estamos yendo a la era del hidrógeno representado por biocombustibles, usando la infraestructura existente, promoviendo tecnología local, estimulando la eficiencia energética, complementado de una manera virtuosa los combustibles tradicionales y los renovables”, culminó.

¿Y la Argentina?

Con ese panorama prometedor de fondo, en el panel se planteó la situación en la Argentina. Juan Luis Fernández, ministro de Desarrollo Productivo de Tucumán, dijo que “la fórmula del bioetanol se castigó durante los tres últimos años de la anterior administración, y luego hubo un congelamiento”. “Pedimos lo mismo que para Vaca Muerta para el distrito sucroalcoholero”, enfatizó. “En la matriz energética nacional, las energías renovables son apenas el 5,83%, y de estas, el 75% corresponde a eólica y solar, mientras que las bioenergías (biogás y biomasa) son ínfimas (7%)”, dijo.

Fernández mostró también un gráfico con la variación acumulada de precios de los últimos dos años del bioetanol de caña y de la nafta, que muestra que mientras esta aumentó 134%, el bioetanol solo lo hizo 84%. “Nuestras naftas tienen un 12% de bioetanol, hay una captura de precios”, se quejó.

“A diferencia de otros países, el nuestro tiene un enorme potencial de recursos y hay que administrarlos con criterio nacional. Creo que no tenemos que privarnos de ningún recurso, sino usarlos con el mejor sentido. Pero ¿la bioenergía para cuándo? ¿Por qué nos cuesta tanto aumentar el xicorte del 12%? ¿Por qué a esta vaca viva no se la trata como a la otra?”, exhortó. Y recordó que, en los últimos tres años, el bioetanol sustituyó importaciones por 1.634 millones de dólares.

El ministro esquematizó la estructura del sector, que integran 13 plantas de bioetanol de caña de azúcar, en el NOA; 6 de bioetanol de maíz, fundamentalmente en la región central, y 34 de biodiésel, sobre todo en Buenos Aires y Santa Fe.  “En total, 53 plantas en 10 provincias. Vamos a trabajar con la Liga de las provincias bioenergéticas.  No creemos que haya argumentos en contra de esto. Y no queremos sorpresas, que se nos caiga la ley actual y el corte obligatorio, ya nos pasó en Tucumán”.

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