Esta tarde el Centro de la Industria Lechera (CIL) y APYMEL lanzaron una conciliación obligatoria y habrá 15 días sin medidas de fuerza y un encuentro el viernes: «Se podrán plantear formalmente los reclamos y las realidades, contrastando pedidos fuera de lugar para el momento que vive el país y que la propia administración nacional destaca».
Desde el miércoles pasado, Atilra anunció un quite de colaboración en todas las plantas lecheras del país e instó a sus afiliados a no asistir a los lugares de trabajo.
Las pymes lácteas manifiestan que a esa hora todas las fábricas tenían planificadas las instancias de producción de este inusual y largo fin de semana, para procesar los más de cien millones de litros de leche que ingresarían a las fábricas en ese plazo: «Los turnos estaban programados, el personal preparado para asistir, cobrando como corresponde más de ocho mil pesos por cada jornada laboral especial, e incluso cubriendo como se viene haciendo durante el aislamiento social obligatorio, a los compañeros que corresponden a grupos de riesgo frente a la pandemia de coronavirus«.
Esta situación se agravó por un paro total de actividades por 24 horas, que comenzó a regir con este lunes: «Esta injustificada medida de fuerza puso en riesgo a más de 50 millones de litros de leche cruda, la recolección en los tambos, el procesamiento y distribución de los productos lácteos, para no desabastecer a los puntos de venta y atender a la demanda de los consumidores».
El Centro de la Industria Lechera y de APYMEL señalan que es el Gobierno el que solicitó que no se discutan los salarios mientras dure la pandemia, al tiempo que se solicitó a la industria alimentaria trabajar en las capacidades máximas para que no falten productos: «ATILRA decidió en forma unilateral ir contra el Gobierno, los consumidores, la industria láctea y los tambos, sin una instancia de negociación previa».
La indsutria señala que los precios de los lácteos están congelados desde hace más de cinco meses, por decisión oficial, y en este contexto es imposible sentarse a negociar un aumento, ya que tampoco hay alzas en los valores de la materia prima en los tambos con relación a la inflación.
«Los sueldos de bolsillo de los trabajadores de la industria láctea superan en promedio los 80 mil pesos. Esto ubica al sector entre los de mejores ingresos para sus trabajadores en todo el país«, agregan.
En este sentido, APYMEL denuncia que determinar medidas de fuerza unas seis horas antes del inicio de un fin de semana largo es actuar de mala fe y agregar un paro total por 24 horas más, es reiterar la actitud: «El objetivo fue maximizar el daño y que se tire leche, con la intención de culpar a las industrias por esa consecuencia, que se logró evitar».
En los últimos meses APYMEL advierte que recibió todo tipo de agravios en relación a la búsqueda de un aumento salarial. También de los aportes directos al gremio con destino a la obra social, «que no estamos dispuestos a aceptar ya que nos manifestamos convencidos que la negociación a través del diálogo es la manera de acercar posiciones y aliviar las diferencias», concluyen.