El veterinario de INTA Necochea, Gustavo Bretschneider, explicó que los abscesos hepáticos ocurren debido a la entrada, crecimiento y establecimiento de bacterias piogénicas (bacterias que producen erupciones purulentas). Además, comentó que se pueden desarrollar en bovinos de todas las edades y destacó que tienen un mayor impacto en el ganado alimentado a corral
“En este sistema de producción, los abscesos son el resultado de los episodios de acidosis ruminal, los cuales están íntimamente asociados a la composición de la ración”, detalló el veterinario. Explicó que, en estos cuadros, los microorganismos y endotoxinas llegan al hígado, desde el rumen, a través del flujo de sangre de la vena porta.
Por su parte, señaló que la extensión de los abscesos podría inducir a la inflamación de la vena cava caudal y, consecuentemente, a la formación de coágulos sanguíneos. Esto podría provocar la muerte súbita del animal.
Desde el INTA señalaron que la prevalencia de los abscesos hepáticos está en el rango del 12 al 32 por ciento. El rango más bajo se ubica en un 2 %, mientras que, el más alto puede llegar al 95 %.
“Mayormente, el número de animales afectados, así como también la severidad de los abscesos hepáticos, está asociado negativamente al nivel de inclusión del forraje en la dieta”, señaló Bretschneider. Esto quiere decir que a medida que se reduce la inclusión de fibras en la dieta, la prevalencia y severidad de los abscesos hepáticos será mayor.
Otro punto a tener en cuenta es la característica física del forraje. El tamaño y el tipo de forraje también juegan un papel relevante en la formación de abscesos hepáticos, explicó el veterinario.
“En condiciones de feedlots, la ocurrencia de abscesos hepáticos es mayor en novillos que en vaquillonas”, aseguró el técnico del INTA. Además, destacó que las razas carniceras son menos propensas a los abscesos hepáticos, que las razas lecheras.
Según los datos aportados por el INTA, los abscesos más chicos miden menos de un 1 cm de diámetro, los más grandes pueden alcanzar un diámetro mayor a 15 cm. “La mayoría de los abscesos se desarrollan en los últimos 2 meses del periodo de engorde a corral y, los mismos, no inducen en el ganado ninguna manifestación clínica que permita sospechar de su presencia”, explicó el veterinario.
“Los abscesos hepáticos son detectados únicamente en la línea de eviscerado del matadero”, concluyó.