El aumento de la demanda mundial de alimentos, en el caso del maíz, incrementó el consumo interno de este grano para abastecer la producción de proteína animal, que registró un crecimiento en las exportaciones.
En el caso de la soja y derivados, como el salvado y el aceite, también se registró un aumento de las ventas al exterior, que cobró impulso con la apreciación del dólar.
Consecuentemente, el Comité decidió tomar esta decisión anticipatoria.
“Era conveniente buscar una medida preventiva, con el fin de igualar las condiciones de importación de terceros países con Mercosur, fortaleciendo la oferta del mercado interno”, dice el director de Marketing y Abastecimiento, Sílvio Farnese.