Esta medida limita las aplicaciones de productos de síntesis química en Tandil, lo que impacta sobre la aplicación de herbicidas y fertilizantes. «Hay gente que sembró maiz y no va a poder echarles urea», destacan en la zona afectada.
La entrada en vigencia fue confirmada por el ingeniero agrónomo Alberto Balberrey, integrante de Aapresid. Estiman que la merma en ingresos por la restricción de aplicaciones podría ser de US$ 70 millones en el partido de Tandil.
El conflicto se habría generado por una denuncia de 2019 por un incumplimiento de la ordenanza que rige sobre el partido en cuestión desde 2010. En este sentido, Balberry destaca que ante un incumplimiento se «debe caer con todo el peso de la Ley«, pero que no por ello se debe castigar al resto de los productores.
Aapresid elaboró un mapa considerando las restricciones, desde cursos de agua primarios y suponiendo una casa distribuida al azar cada 600 hectáreas.
Balberry agrega: «Creo que la única dignidad la trae el trabajo. En la situación en la que está el país hoy, con la falta de trabajo, le vamos a sacar una parte importante a lo que más recursos genera».
Además, en el partido en cuestión existe un proyecto de ordenanza que podría dejar efectiva esta medida, pero que debería pasar por el Consejo.
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