Según asegura el dirigente, todo comenzó en marzo pasado con la nueva dirección de Nahuel Levaggi coordinador nacional de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), quienes fomentan la producción agroecológica y la venta de frutas y verduras sin agroquímicos.
“Es preocupante que en medio de semejante pandemia aparezca la UTT manejando el mercado concentrador más grande del país con reglas de juego diferentes a las que siempre tuvo la actividad, que eran de buenas prácticas y de controles fitosanitarios de Senasa”, afirma Lombardi, quien agrega: “Pedimos reglas de juego claras para todo el mundo: o todos trabajamos con la UTT o todos lo hacemos con los controles, sin evadir ninguna norma”.
Ante la situación, el 1 de diciembre pasado productores y comercializadores frutihortícolas, decidieron movilizarse y realizar un “verdurazo” frente a la Casa de Gobierno. Instalados en la Plaza de Mayo entregaron frutas y verduras frescas de forma gratuita a quienes circulaban por la zona. Según reclaman, el Mercado Central padece de una “desleal competencia con mercados, galpones y depósitos no registrados que comercializan producción llamada ‘agroecológica’ que dista mucho de serlo”. Desde el sector argumentan que se genera una competencia desleal con precios más altos que “no se corresponden”.
“Fue un hecho histórico, nunca hubo operadores minoristas y mayoristas protestando por reglas claras”, sostiene Lombardi, para quien la falta de respuesta estatal a la demanda pueden tener consecuencias muy negativas e impacta al millón y medio de familias que se ve directa e indirectamente afectada por la actividad. “El productor va a dejar de invertir, porque nadie se va a poner a operar para competir con estas reglas de juego que son desparejas. Tenemos la cancha totalmente inclinada y pedimos que el Estado ordene”, insiste.
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La agroecología
Uno de los reclamos respecto a la agroecología es que no tiene control. “Es una nueva moda que se implementó y la gente paga más caro un producto llamado agroecológico porque cree que es más sano. Todo eso termina empujando el precio para arriba, pero nadie controla su producción. Ni desde lo laboral ni desde lo productivo. No sabemos en qué condiciones se produce ni cuál es la cadena de distribución de estos productos”, explica.
En cambio, a los productores “tradicionales” sí se les exigen controles y debe trabajar con operadores registrados, algo que, de acuerdo con Lombardi, no sucede con los productores de la UTT que hacen agroecológico.
El dirigente plantea que esto genera que los productos de la actividad tradicional se vendan más caros, lo que ocasiona que la venta se frene. “Algo agroecológico vale un 40% más caro, entonces la gente compra menos, se genera un hábito de consumir menos fruta y verdura y el Gobierno no hace nada al respecto. Ni desde el Ministerio de Agricultura, ni desde Comercio ni desde el Mercado Central. Incluso, muchos canales oficiales fomentan el consumo de lo agroecológico y para nosotros es un problema más que serio”.
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Si bien aclara que “lo agroecológico no mueve el amperímetro”, sí sienta un precedente. “Es una actividad donde vale todo y se transgreden las normas más sencillas de la producción frutihortícola”, apunta. “Se perjudica a toda la cadena sólo por un capricho de favorecer una cuestión de arraigo político”, cuestiona en referencia a la relación entre la UTT con el Gobierno nacional.
Además, desde el sector solicitan poder sentarse a discutir con los dirigentes de la UTT. “Que haya una mesa de diálogo para trabajar y contener a todos. No nos gusta que las cosas se hagan de forma arbitraria, como está sucediendo hoy”, completa.