El rendimiento de la soja y La Niña

En este trabajo se evaluaron 41 cultivares comerciales de soja disponibles en el mercado con el objetivo de determinar aquellos que mejor se adaptan a las condiciones predominantes de la zona.

La campaña  agrícola  2020/21 se caracterizó a  nivel regional  por un  contraste  en la disponibilidad hídrica inicial para el cultivo de soja, propio de un 2021 “niña”, con  lluvias  mayores  al  promedio  mensual  en  un  corto período en diciembre, algo menores al promedio en enero  – febrero  y  escasas  precipitaciones  hacia  finales de la campaña en marzo y abril (Figura 1). Las condiciones favorecieron el crecimiento vegetativo del cultivo, generando  plantas  de  buen  porte  y  biomasa  vegetal. Por otro lado, el déficit de precipitaciones durante los primeros meses de 2021, coincidentes con el momento de floración y/o donde se determina el rendimiento del cultivo, provocó una restricción en la cantidad de granos producidos y/o el peso de los mismos. Este contraste  entre la biomasa producida (fuente) y las vainas y granos generados (destinos) estimuló el efecto “stay green” (planta verde) observado en la última campaña, en  muchos  campos  de  la  zona.

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