Desde mediados de septiembre del 2021 Julián Domínguez es el Ministro de la cartera agropecuaria; y Arturo Jorge Videla desde junio de 2020 es el director nacional de Lechería. El tema es que oficialmente hasta el momento no hubo ni una sola política sectorial puesta en marcha, vieja o nueva, no la hay.
Lo único que se había activado fue la propuesta de las empresas para salir del esquema de precios máximos y ampliar la oferta de productos y marcas en Precios Cuidados. Una iniciativa que duró casi nada porque volvieron las imposiciones en el programa.
Con muchos encuentros virtuales para definir el pago por calidad y dejar los litros atrás, no se pudo llegar a un acuerdo, ni siquiera basándose en el Código Alimentario Argentino y de ahí partir para definir el porcentaje del precio para las compensaciones. Tampoco se dio un encuentro de la cadena lechera por completo en todos estos meses de gestión, con vaivenes de mercado, de producción y de rumores sobre medidas contrarias al sector.
Domínguez visitó en la última semana Lácteos Aurora, en la provincia de Buenos Aires, para compartir una ayuda económica que es aporte nacional, que también lo hará la gestión de esa provincia. Sin embargo, nada se dice sobre las ideas que se tienen sobre la lechería específicamente.
En un parte de prensa oficial se explica la idea idílica que repite cada vez que se lo consulta el propio Videla. “El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, a través de la Dirección Nacional de Lechería, estima que en 2021 y por segundo año consecutivo crecerá la producción nacional en el sector lácteo. De acuerdo a las estimaciones, se ubicará en torno a los 11.500 millones de litros de leche producidos, lo cual representa un crecimiento de al menos el 4% y que profundizará la fuerte recuperación de la actividad que se registró el año anterior”.
Agregan: «En consumo interno y exportaciones también se consolidaron los datos positivos de 2020. En ese sentido, el consumo per cápita cerrará el año en torno a los 187 litros. En 2019, el consumo per cápita se ubicó en 182 litros. En el caso de las exportaciones del sector lácteo alcanzarán los 3.000 millones de litros y superarían los 1.300 millones de dólares”.
Esto no es obra de la política, sino del esfuerzo de los privados y con el condimento fundamental de un clima favorable durante 2021. Los números cambiarán con los temporales de diciembre, los granizos e incluso la sequía y las temperaturas elevadas que agobian a los rodeos.
En ocasión del cierre del año del Círculo Argentino de Periodistas Agrarios (CAPA) estuvo presente el Ministro Domínguez y fue la oportunidad para develar el misterio sobre su mirada en cuanto a las necesidades y respuestas para el sector lechero.
Dispuesto a responder hacia dónde va la lechería, Domínguez remarcó: «Nosotros estamos obsesionados en consolidar al primer eslabón, que son los tambos. Todo el esfuerzo que yo le he pedido a Videla es que lo concentre en sostener al primer eslabón”.
“No es casualidad que lo que nosotros decimos que el punto ordenador son los productores. Ahí tiene que estar orientado el financiemiento, la asistencia, queremos fortalecer la asociación de productor y de tambos, particularmente las cooperativas”, agregó.
Parece un poco confusa la terminología usada, pero básicamente el Ministro entiende que hay que fortalecer a la generación de materia prima, que es en definitiva la que mes a mes sigue perdiendo unidades productivas, no litros, ni animales, que pasan a ser parte del fenómeno de la concentración. Sin embargo, la política lechera argentina está ausente de acciones concretas en este sentido. Al momento nada se hizo para este sostenimiento, salvo la presencia del Director Nacional en una entrega de fondos que la provincia de Santa Fe hiciera en octubre.
“Sobre la industria creemos necesario más que nunca vincular a los tambos con la comercialización. Hay experiencias como la cooperativa de Tandil, los productores de sierra y los productores de mar, que ese proyecto se consolide y salga adelante, que se produzca mozzarella y que se pueda exportar”, comentó Domínguez y agregó que “el objetivo central es darle previsibilidad a los tambos, para que se consoliden y se desarrollen. Sobre la industria, trabajando en todos los eslabones de comercialización, sabemos que es un proceso de concentración importante y nosotros vamos a trabajar y tratar de poner todo el empeño en que el productor pueda recibir un precio lleno y que pueda seguir haciéndose el tambo de la Argentina”.
Debería a partir de esto generarse una reunión de Mesa Lechera que tenga la presencia del Ministro para poder aclararle algunos puntos y ordenar las prioridades de cada segmento. Tendría que suceder eso y también que la previsibilidad de los tambos parta de la forma de pago de la materia prima, por calidad y abandonar los litros, como para que realmente el sector primario esté mejor contenido y los resultados cualitativos sean mejores para el proceso industrial y los productos lácteos.
¿Y SanCor?
Más allá de todos los pendientes, el punto que más vincula al Gobierno con la lechería en los últimos meses es sin dudas SanCor, la Cooperativa a la que un grupo cercano al poder intenta concretar una propuesta de conformación de un fideicomiso.
“Estamos muy atentos a lo que sucede con SanCor. Para nosotros es importante que los productores proveedores de SanCor puedan proveer y SanCor pueda seguir trabajando; y nosotros poder garantizarles lo que le venden” le dijo a Agrofy News el Ministro en medio del intento por explicar su idea de gestión para el sector.
Pero lo importante es insistir sobre el tema más puntualmente. Muy sorprendido gestualmente se mostró al preguntarle qué injerencia tiene y qué opinión comparte sobre esta idea de formar un fideicomiso con aporte estatal.
Fue Julián Domínguez quien calmó los ánimos de Atilra en octubre luego del paro nacional lanzado por el gremio, es quien sentó a Héctor Ponce con el jefe de Gabinete, Juan Manzur, puede que por los años de vínculo con el sindicato sienta una responsabilidad que lo hace balbucear al empezar a responder.
“Nuestra tarea es la producción, producción primaria y la instrucción impartida es que los productores y al consorcio de cooperativas que le proveen a SanCor puedan tener la previsibilidad, que van a proveer leche, que van a abastecer de leche y van a poder cobrar. Nosotros llegamos hasta ahí, queremos que SanCor se recupere comercialmente, la ingeniería industrial y comercial no es nuestra competencia, lo que queremos es que SanCor siga siendo un referente y un valor de referencia para el sector, por el valor cooperativo y por lo que representa, fundamentalmente, como experiencia histórica para los productores de leche”, remarcó, aunque no se aclaró de quién es la instrucción para dar previsibilidad a la cooperativa, siendo algo que en definitiva reclama todo el sector lechero desde hace décadas.
Las palabras del Ministro son las primeras enfocadas al tema lechero, pero también sobre la cuestión que rodea a la Cooperativa con base en Sunchales, que está tan presionada mediáticamente e incluso por el sindicato de trabajadores que genera una confusión absoluta entre los socios tamberos y la planta de personal afectada directamente por esta marea de malestar que no deja de subir.
SanCor es una cooperativa, pero no corresponde a nadie más que a su dirigencia y a sus asociados opinar sobre su forma de hacer negocios, no tiene que ser intervenida, ni recibir desembarcos poco claros por el capricho de un puñado de empresarios que quieren aventurarse con el dinero de todos los argentinos, sin arriesgar nada de lo propio.
El Ministro manifiesta una buena voluntad, pero que no es competencia de la Nación. Cuando SanCor le pidió al Gobierno a comienzos de 2020 una garantía para salir a pedir un préstamo esto le fue negado, por lo tanto sería irracional que hoy el Banco Nación abra su bóveda para brindar 60 millones de dólares en esta peripecia caprichosa.
Son muchos los nombres del poder vinculados a esta alternativa. Existen negociaciones que han pasado por el Gobierno de Santa Fe también y eso es lo que a Atilra la empuja a presionar, a intentar a apurar un proceso al que le falta sobre todo el financiamiento, pero sobre todo que carece de confianza entre los tamberos que son los que deberán votar en algún momento por si o por no y de manera unánime, si se llega a una asamblea extraordinaria para tratar una propuesta que aún está vacía.
Lo que podrían hacer los gobiernos es propiciar una alternativa de base cooperativa que involucre de manera equitativa a las partes, que cuente con mayor solidez que este invento que se quiere consolidar.
En definitiva, SanCor debe transitar esta etapa de mayor criterio entre los 650 mil litros actuales y 1,5 millones posibles con todos los empleados que tiene hoy, debe conseguir más materia prima con dinero genuino y así hacer crecer el mercado interno y el externo.
Sin confianza es imposible avanzar y esa es la carencia principal en este proceso, lo cual no puede forzarse con bloqueos, operaciones, amenazas o cualquier alternativa de viejas usanzas que no hacen más que debilitar a la empresa que supuestamente se quiere “salvar”.