Entre Ríos: la falta de agua y el calor el peor escenario de las últimas campañas

 La sequía que afecta a la provincia de Entre Ríos y las elevadas temperaturas registradas el último mes, empeoraron la situación y la condición de la soja implantada en la provincia en la campaña 2021/2022, informó hoy la Bolsa de Cereales provincial.

Se trata del «peor escenario» de las últimas cuatro campañas agrícolas para la oleaginosa, que presenta un fuerte estrés térmico e hídrico, a lo que sumó también la aparición de plagas relacionadas a la sequía, advirtió la entidad bursátil.

En la actual temporada se implantaron 589.600 hectáreas con soja de primera, y 479.100 con soja de segunda, labores que debieron detenerse producto de la falta de humedad en el suelo entrerriano.

Los registros pluviales de diciembre en Entre Ríos se posicionaron entre los diez más bajos de los últimos 60 años en gran parte del territorio provincial.

En la mayor parte de Entre Ríos las lluvias registradas en diciembre acumularon menos de 20 milímetros, seis veces menos de lo que normalmente debe llover durante ese mes.

El promedio de lluvias en diciembre de los últimos 17 años es de 130 milímetros en Entre Ríos, pero en este diciembre último solo se registraron 16 milímetros, el 12% de lo esperado.

También el último mes de 2021 tuvo elevadas temperaturas y baja humedad relativa, con una temperatura máxima que superó los 35 grados desde el 19 de diciembre en adelante, provocando una estrés térmico para los cultivos y animales.

Del total implantado con soja de primera, el 54 por ciento presenta muy buena y buena condición; un 40% se encuentra en situación regular; y el 6% restante fue considerada con mala condición fenológica.

El cultivo muestra síntomas de estrés térmico e hídrico, con restricciones en el crecimiento y en similitud con los lotes que ya ingresaron en la etapa reproductiva.

Si bien la soja aún no ingresó en la etapa crítica, «es necesaria la ocurrencia de precipitaciones» y que sean de «montos considerables», para así compensar el déficit hídrico que persiste en Entre Ríos.

Además, los colaboradores de la entidad bursátil resaltaron la presencia activa de trips y arañuelas, plagas asociadas a la sequía.

Por otra parte, la falta de agua y humedad en el suelo también impacta negativamente sobre la soja de segunda, donde resta implantar un 20% del total estimado.

El estado fenológico va desde germinación hasta cinco hojas desarrolladas (V5), y corresponde con los primeros estadíos de la etapa vegetativa.

En tanto, sólo el 8% presenta muy buena condición; un 34% buena; un 42 por ciento regular; y un 16% mala.

En ese sentido, los productores entrerrianos detectaron que la soja de segunda posee severos síntomas de estrés, desde pérdidas de plántulas en germinación hasta desecamiento de hojas en los estadíos más avanzados del cultivo.

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