“Para este año, se esperaban condiciones más complicadas en cuanto a plagas, pero por el momento eso no se cumplió”, sostuvo Petroni. Sin embargo, en años de sequía, las arañuelas y los trips suelen verse favorecidas.
Por este motivo, recomendó prestar atención a estos enemigos durante los próximos meses. “Cuando se observen varias zonas del cultivo infestadas, ya pensar en realizar un control químico”, explicó.
Chinches
En relación con esta plaga, Petroni comentó que es clave el monitoreo frecuente. Explicó que se trata de insectos muy escurridizos siendo complicado estimar realmente su nivel poblacional.
“El punto está en evaluar la posibilidad de aplicar entre R2 y R3, floración completa e inicio de formación de frutos, para tratar de conservar la mayor cantidad de flores y vainas, ya que en ese período el daño puede ser muy grande”, advirtió.
Cultivos de servicios
Estos cultivos pueden servir como un refugio para la supervivencia de los insectos, destacaron desde Aapresid. Además, enfatizaron que este no es motivo para no incluirlos en las rotaciones agrícolas y aprovechar todos sus beneficios.
Enfermedades de fin de ciclo
“Suelen presentarse bacterias y hongos como Tizón de la hoja y Mancha púrpura (Cercospora kikuchii), Mancha ojo de rana (Cercospora sojina) y Mancha marrón (Septoria glycines) que afectan el follaje y provocan importantes pérdidas de rendimiento en la soja”, detallaron. De esta manera, recomendaron ver las condiciones ambientales de humedad predisponentes y de su incidencia y en base a esos datos decidir si aplicar en toda la superficie o solo en aquella parte que va a producción de semilla propia.