De concretarse la actual proyección, la cosecha del actual ciclo se ubicará 1,5 millones de toneladas por debajo de lo obtenido en la campaña anterior y da por tierra las posibilidades de alcanzar un récord productivo.
Con 7,3 millones de hectáreas implantadas, las labores de siembra culminaron durante la semana a nivel nacional.
Pero más allá de que la superficie que ocupa el cultivo es 500.000 hectáreas mayor a lo implantado en el ciclo 2020/21, los efectos de las altas temperaturas de la primera quincena de enero en conjunto con la falta de lluvias , afectó a los planteos tempranos del cereal, que para esa fecha atravesaban momentos críticos para definir su rinde.
A pesar de las lluvias que acontecieron de manera heterogénea durante febrero, el 24 % de los lotes de maíz con destino grano comercial mantiene una condición hídrica Regular/Sequía, mientras que el 85% de los lotes de maíz tardío y de segunda ocupación presenta una condición del cultivo Buena/Normal.
Respecto a la soja, a la fecha el 32,3% del área implantada se encuentra atravesando estadios críticos de inicio de diferenciación de vainas, mientras un 83% del área reporta una condición de cultivo Normal a Excelente.
Sin embargo, el 34% del área implantada de soja reportó una condición hídrica Regular/Sequia siendo el NEA, centro-norte de Córdoba y Santa Fe, el Núcleo Norte y el sudeste de Buenos Aires «las regiones más afectadas, como consecuencia de lluvias acumuladas por debajo a lo esperado y de distribución heterogénea», marcó la BCBA.
Por último, ya se cosechó el 22,5% del área sembrada con girasol, con un rinde promedio nacional de 20,9 quintales por hectárea, por lo que la entidad mantuvo la proyección de producción en 3,5 millones de toneladas.