El argentino alertó al respecto sobre sus potenciales consecuencias negativas para la seguridad alimentaria global y el comercio de bienes agropecuarios.
“La afectación a la paz mundial, con la extendida incertidumbre que provoca, altera el normal funcionamiento de los mercados y compromete el abastecimiento de alimentos, impactando sus precios e insumos claves para su producción”, afirmó.
Además, al alertar sobre esos efectos negativos, Otero agregó que la escalada se produce en momentos en que el mundo, y particularmente América Latina y el Caribe, aún intenta recuperarse de la pandemia de Covid-19, que empujó millones de familias a la pobreza y compromete el futuro de jóvenes, niños y niñas, principalmente de aquellos que no pudieron sostener su escolaridad.
Ante el nuevo escenario, el Director General reforzó el compromiso del IICA de continuar velando por el desarrollo agropecuario y el bienestar de las comunidades rurales de las Américas y, también, de incrementar sus esfuerzos en materia de cooperación y asistencia técnica a los países –muchos de ellos importadores de alimentos-, buscando enfrentar y mitigar en la región las consecuencias derivadas del conflicto.