El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que aportan el 30% de la exportación global de cebada, suma presión a un mercado complicado por la baja producción global observada en la campaña 2021/22.
Como parte de un análisis de la situación de mercados para este cereal, Mario Cattáneo y Fidel Cortese, asesores técnicos especialistas en el cultivo de cebada, indican que, las estimaciones de producción mundial para la próxima campaña, con un pronóstico de crecimiento de alrededor del 5%, “no prevén una pronta recomposición de stocks, provocando que el balance ajustado permanezca hasta mediados de 2023”.
En Ucrania, explican los analistas, “la preocupación en este país pasa por la siembra futura, ya que se estima que ese país tendrá por lo menos un 30 % de disminución del área de sus cultivos primaverales. A esto, hay que sumar los problemas logísticos de exportación”, dicen.
Por su parte, Rusia, que suspendió las exportaciones de granos a los países integrantes de la ex URSS, volvió a exportar a otros destinos y espera que aumente la exportación de cebada a China, una vez aprobados los protocolos necesarios.
Para la nueva campaña, se observa un reacomodamiento de exportadores e importadores, así como también alineamientos y sanciones surgidas con motivo de la guerra.
Cebada, malta y cerveza
En la cadena maltera/cervecera, a los problemas de la materia prima se le suman los problemas inflacionarios surgidos del aumento de costos energéticos, fletes e impuestos.
Respecto al consumo de cerveza, el mismo continúa con la recuperación evidenciada en 2021 y se espera la consolidación del consumo, a pesar de los aumentos de precio.
Europa, con un mercado de malta con muy poca actividad, está a la espera de la nueva cosecha para recuperar stock y poder realizar un uso anticipado de la misma.
El estado de las cebadas de invierno continúa siendo bueno en Europa Occidental y se espera una buena producción de las mismas. En cuanto a las cebadas primaverales, si bien se espera una reducción de la superficie total de la misma, su siembra continúa a buen ritmo.
Respecto a Canadá y Estados Unidos, la gran duda está puesta en la siembra 2022 debido a la competencia con otros cultivos y la falta de disponibilidad hídrica en los suelos. En el primer caso, se estima una reducción del 5 % de la superficie de cebada.
Por su parte, Australia, otro gran jugador en este mercado, se estima que la reducción de la superficie será de alrededor del 10%, por lo que volvería a volúmenes de producción promedio, luego de las dos últimas cosechas récord que superaron los 13 millones de toneladas anuales.