La demanda de los consumidores estadounidenses de carne al por menor sigue siendo excepcionalmente fuerte a pesar de los precios más altos derivados del aumento de los costos de producción y las limitaciones de la cadena de suministro. Sin embargo, una vez que los efectos completos de la inflación de los precios al productor finalmente afecten los casos de carne al por menor, la demanda de carne por parte de los consumidores se pondrá a prueba nuevamente, según un nuevo informe de Knowledge Exchange de CoBank.
El informe espera que los precios minoristas de la carne se mantengan elevados a lo largo de 2022. Con los valores de corte combinados de carne de res, cerdo y pollo subiendo un 22 % año tras año durante el primer trimestre de 2022, los consumidores verán precios más altos en el caso de la carne. Una inflación general más alta podría cambiar significativamente la disposición de los consumidores a pagar por la carne roja. Si ese resulta ser el caso, la industria de pollos de engorde de EE. UU. puede volver a estar bien posicionada para un crecimiento modesto y márgenes sólidos.
Para los minoristas en 2022, podrían presentar artículos de mayor valor como carne molida, perritos calientes y salchichas. A medida que la temporada de parrillas entra en pleno apogeo, el enfoque de los departamentos minoristas de carnes probablemente cambiará a los márgenes de ganancias sobre el volumen de ventas este año, aumentando la creatividad en el caso de la carne. En lugar de competir por los dólares de los consumidores a través de puntos de precio agresivos, las funciones «sin precio» serán una solución atractiva para los minoristas.