Mientras que el sector industrial tuvo margen positivo, el primario registró un fuerte resultado neto negativo. Desde el sector tambero temen por un 2023 que puede ser aún más complicado que este año.
La cadena de producción lechera, de acuerdo a un informe publicado por el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), tuvo un mes de octubre muy poco favorable, al menos si se lo compara con el mismo período del año pasado.
El resultado global de la cadena empeoró en $ 4.605 millones, respecto a igual mes de 2021, ya que el sector pasó de perder $ 396 millones en ese entonces a un rojo de $ 5.001 millones en el décimo mes de este año.
En el desagregado sectorial, ahonda el trabajo, el sector industrial tiene un resultado estimado positivo de $ 1.304 millones, mientras que quien lleva una pérdida significativa es el sector primario con $ 6.306 millones.
Esto implica que el sector primario, agrega el informe, requiere de un precio de equilibrio necesario en torno de los 65 pesos por litro, para cubrir todos los costos operativos y el costo de oportunidad del capital, cuando actualmente cobra 59,47 pesos por litro (Ver Cuadro).
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A pesar de la importante mejora en el precio de la leche al productor en los últimos meses, la gran suba de los principales costos de producción, significan que ese precio (57 pesos por litro) cubra los costos de producción (gastos directos, gastos de estructura y amortizaciones), pero no llegue a retribuir el costo de oportunidad del capital invertido.
LOS TAMBOS, PREOCUPADOS
Precisamente, en su panorama mensual sectorial, la Cámara de Productores Lecheros de la Cuenca Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba) alerta que, entre enero y octubre, mientras la inflación fue del 76,6%, el precio de la leche en tranquera subió 69,5%.
Y si bien pudo ganarle a la devaluación (49,7%), “en los últimos meses, la leche ajusta por debajo de las dos variables”.
La preocupación en el sector es grande: “Las industrias negocian la letra chica de los “Precios Justos” con la Secretaría de Comercio Interior, hay pocos negocios ofrecidos en el mercado externo (aún
con precios deprimidos), siguen aplicando retenciones, y vuelven a hablar otra vez de un “dólar soja” (que dispara los costos del tambo)”, analiza Caprolecoba.