Como consecuencia de una mayor oferta de ganado, consumo interno deprimido y valores de exportación en baja, el novillo perdió el 32% frente a la inflación. Para la actividad, respecto de la exportación, también se produjo, en los últimos meses, una caída de las cotizaciones internacionales.

Diego Ponti, analista de mercados ganaderos de la consultora AZ-Group, en declaraciones al diario La Nación, explicó: “Ahora tenés más oferta de carne; a eso se sumó la sequía y se aceleraron los procesos de engorde. El consumo interno está complicado, pero hay otros productos de consumo dentro de la canasta (básica alimentaria) que están complicados también”.