La paradoja de la carne bovina: con sequía o con lluvia, la producción será menor en 2023

Por ahora, se estima que seguirá la falta de agua y eso hará que se liberen los campos con menos kilos. Pero si llueve, es probable que los productores quieran retener hacienda y también restringir la oferta.

El efecto de la seca en todo el mapa ganadero se sentirá el próximo año y se reflejará en una menor producción de carne vacuna, según estimaron desde el Mercado Rosario Ganadero (Rosgan). Si bien este escenario está directamente vinculado al régimen de lluvias en los próximos meses, la entidad anticipó un escenario complejo para la actividad.

Por un lado, si la condición de falta de precipitaciones se extiende, los ganaderos deberán liberar hacienda de sus campos con menos kilos logrados

Pero si el contexto climático es más favorable, es probable que se inclinen por retener hacienda, para ganar más kilos. En ambos casos, la disponibilidad de carne se verá afectada.

Según calculó el Rosgan, para que el stock bovino no sufra una caída, se deberán incorporar entre 14,8 y 15,1 millones de terneros y terneras. Estos números exceden el promedio anual de la ganadería argentina, que no logra despegar en rubros como preñez y tasa de destete.

Como referencia, la producción de terneros tocó un máximo en 2019 con 14,9 millones de animales y en los años siguientes osciló entre 14,3 y 14,4 millones. “Suponer  un nuevo pico en la cantidad de terneros y terneras logradas, resulta a priori ambicioso“, consideraron,

LA SECA ACELERÓ LA SALIDA DE HACIENDA

De acuerdo a los datos oficiales de movimientos de hacienda, hasta el mes de noviembre se registraron una salida de terneros y terneras de más de 9,5 millones de cabezas. En relación al mismo período del año pasado, representó un incremento de 500.000 cabezas, situación que se potenció a partir de la seca.

Además de esta variable, otro factor a tener en cuenta será el porcentaje de destete alcanzado, que será crucial para determinar la producción de carne en 2023.

La foto en este momento muestra que la disponibilidad forrajera se encuentra comprometida por la condición actual de los campos y obliga a los criadores a sacar una invernada mas liviana. Esta mayor oferta presionó a la baja la cotización de la  invernada.

“Sin embargo, aun con una reposición barata, el fuerte aumento de costos que enfrenta el engorde a corral torna sumamente onerosa la incorporación de kilos a grano“, remarcaron desde el Rosgan. En este sentido, proyectaron que a partir de una oferta de maíz temprano muy restringida, para los próximos meses se espera una suba de hasta 30% en dólares para el grano amarillo.

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