Se computaron lluvias entre 20 y 175 milímetros que permitieron superar la falla hídrica.
«La peor sequía de Argentina en, por lo menos los últimos 60 años, ha llegado a su fin. El último día del verano fue el primer día de un nuevo libreto para el clima argentino», sostuvo un documento de la entidad.
La BCR precisó que el agua se derramó en un 85 % de Córdoba, 95% de Santa Fe y en todo Entre Ríos con lluvias de más de 50 milímetros.
Santa Fe, una de las provincias más castigadas por la falta de agua, recibió esta vez la mayor carga: un 20% de su superficie superó los 125 mm, concentrada en el centro provincial.
Los registros más importantes son los de Sunchales con 250 milímetros y de Rafaela con 189 milímetros. En el extremo sureste, se destaca Rosario con 118 milímetros, Venado Tuerto con 110 milímetros y Álvarez con 104 milímetros.
El informe de la institución puntualizó que, en el 70% del territorio entrerriano, cayeron más de 100 milímetros. Los registros más importantes son los de Concordia con 209 milímetros y Paraná con 137 milímetros.
En tanto, en el 65% de la provincia de Córdoba la caída pluvial superó los 75 milímetros y, en algunas zonas aisladas de la franja central, resultó por encima de los 100 milímetros. Se destacan las localidades de Idiazábal con 150 milímetros, Marcos Juárez con 113 milímetros y Córdoba capital con 104 milímetros.
«Tener lluvias normales en este otoño es clave para la campaña fina y también para la gruesa 2023/24 en Argentina», sostuvo la entidad.
Además, añadió que «en la región pampeana, la siembra de trigo del año pasado comenzaba con el otoño más seco de los últimos 35 años: faltaban de 100 a 150 milímetros para llegar a las medias históricas de lluvias de la región».
«Comenzar el otoño con lluvias tan importantes, tanto por acumulados como por cobertura, es una señal fundamental para el próximo ciclo de trigo en Argentina», enfatizó.
Por Roberto Pico