Argentina: el crush pierde terreno en el Mercosur

Con la segunda participación más baja en 25 años y más del 60% de la capacidad ociosa de la región, el procesamiento argentino de la soja recorta su peso. Estructura de la industrialización de soja en el bloque económico.

El procesamiento industrial de la soja en Argentina cerró el 2022 con una baja del 10%. Sin considerar el complejo panorama que se espera para el poroto en la inminente campaña 2022/23, los datos de crush del año pasado profundizan la tendencia bajista de Argentina en la molienda del Mercosur. En este sentido, en 2022 la participación argentina en la industrialización del bloque económico fue la segunda más baja desde 1998.

Este dato es aún más contundente considerando que hace 25 años el procesamiento de soja en el Mercosur ampliado era apenas el 41% de lo que es hoy. Si bien Bolivia y Paraguay vienen mostrando una tendencia creciente en la última década en la industrialización del poroto, es en Brasil donde debemos explicar el mayor y más sostenido crecimiento de los últimos años.

Más aún, la merma en los volúmenes de molienda deja a la Argentina con una creciente capacidad ociosa. Siendo el país el de mayor volumen potencial de procesamiento del Mercosur y uno de los más importantes del mundo, en 2022 la industria aceitera trabajó a la mitad de su potencial productivo.

La ociosidad de la industria argentina duplica a la de Brasil en términos relativos, en buena parte por un volumen insuficiente de materia prima. Esto se explica por la tendencia decreciente en la producción de soja argentina de los últimos años. Y si bien parte de esta caída es compensada con importaciones de soja del Mercosur, los márgenes de procesamiento también son un asunto a tener en cuenta, ya que su bajo nivel actual limita la industrialización de la soja argentina.

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