“Hace 60 años atrás, cuando yo era chico, Brasil no producía nada», comentó un representante del vecino país durante Maizar 2023
Enori Barbieri, vicepresidente de la Asociación Brasileña de Productores de Maíz (Abramilho), describió durante Maizar la estrategia llevada a cabo por su país para convertirse en el mayor productor de alimentos y también de maíz del continente.
“Hace 60 años atrás, cuando yo era chico, Brasil no producía nada de proteína animal. El bacalao venía de Noruega y la carne, de la Argentina”, recordó. En la actualidad, fruto de una política pública y con iniciativa privada, Brasil se ha convertido en un motor de los agronegocios.
A través de Abramilho, los productores brasileños, junto con sus pares de la Argentina y de Estados Unidos, buscan promover la producción de maíz con biotecnología. “Con la entidad logramos que el gobierno de Brasil aceptara la tecnología”, sostuvo. Si bien admitió que la alianza con la Argentina y Estados Unidos les generó algunas dudas en su país, debido a que son competidores en el comercio del cereal, Barbieri destacó la necesidad de llevar a cabo una estrategia conjunta. “Debemos convencer entre los tres que la biotecnología es competitividad y que traza el camino”.
Como forjador del modelo brasileño, el productor destacó la labor de Alysson Paulinelli, un transformador de la producción agrícola en el vecino país. A partir de la ciencia y de la investigación, fue el que introdujo la producción en la región del “Cerrado” brasileño y logró una verdadera revolución. Actualmente, los 1.102 municipios ubicados en esa región producen el 46% de la cosecha de soja del país, el 49% del maíz, el 93% del algodón y el 25% del café. Además del 32% del ganado, el 22% de los pollos y el 22% de los cerdos, según datos del instituto estatal de estadísticas IBGE.
Otro secreto es que el agro de Brasil se apoya en la fuerte estructura que tiene en el Congreso brasileño. “De 513 diputados, más de 300 forman parte del frente parlamentario de agricultura”, destacó. De hecho, los productores brasileros reciben el precio lleno del cereal, sin retenciones ni diferencial cambiario.
Con 126 millones de toneladas, Brasil es el segundo exportador mundial de granos de maíz. No obstante, Barbieri observó materias pendientes, en especial, en materia logística. Matto Grosso, por ejemplo, estado que produce el mayor volumen de maíz (46 millones de toneladas), está a 2.000 km de los puertos y de los centros de procesamiento. “Traer ese grano cuesta dinero. Hay que resolver esos problemas”, indicó.