El rápido calentamiento del Pacífico Ecuatorial observado en las últimas semanas, determinó el inicio de un episodio de “El Niño”, de considerable intensidad, que continuará su desarrollo a lo largo de la campaña 2023/2024.
“El Niño” vigoriza la circulación tropical, moderando tanto los fríos invernales como los calores estivales, y causando precipitaciones superiores a lo normal en la mayor parte del Cono Sur, mientras produce efectos de signo contrario en el Norte de Sudamérica, Bolivia, el oeste del Paraguay y el NOA Argentino. Aunque el fenómeno ya se encuentra instalado en el Pacífico Ecuatorial, afectando al norte de Sudamérica, su activación sobre el Cono Sur se ve demorada por los vientos polares, cuyo accionar produjo un inicio excepcionalmente temprano de la temporada de heladas durante el pasado mes de Febrero, que no se registraba desde inicios de la década de 1950, al mismo tiempo que deprime los mecanismos de producción de precipitaciones.
Aunque a lo largo del otoño se produjeron numerosos episodios de circulación tropical dando tiempo cálido y húmedo de corte casi estival, recién hacia fines de Mayo logró quebrarse la estabilidad atmosférica, comenzando a producirse lluvias, que llegaron en forma providencial para mejorar la perspectiva de la cosecha fina. Pero, aunque estas lluvias vienen beneficiando a la estratégica Zona Núcleo, al Sudeste y el este del Sudoeste de Buenos Aires, a la Región Oriental del Paraguay y parcialmente, al sur del Brasil (Figura 2), aún subsisten amplias extensiones sin recibir aportes hídricos adecuados, afectando al oeste de la Región Pampeana, parte de la Mesopotamia y gran parte del Uruguay
Asimismo, llaman poderosamente la atención las precipitaciones tardías sobre el NOA Argentino, el extremo oeste de la Región del Chaco, el extremo oeste de la Región Pampeana, el sur de Bolivia, el oeste del Paraguay y el sur del Cerrado Brasileño, que ya deberían haber entrado en su temporada seca otoño-invernal, lo cual es un signo de la persistencia de condiciones tipo “La Niña”, ya que en esa Región “El Niño” suele tener efectos deprimentes (Figura 2). Es probable que durante el invierno próximo (Figura 3) este patrón de anomalías se acentúe: el NOA Argentino, el extremo oeste de la Región del Chaco, el extremo oeste de la Región Pampeana, el sur de Bolivia, el oeste del Paraguay y el sur del Cerrado Brasileño, donde “El Niño” suele tener efectos deprimentes, observarán precipitaciones normales a muy superiores a lo normal. Contrariamente, en el área donde los efectos de “El Niño” suelen ser positivos, sólo la Región Oriental del Paraguay, el este de la Región del Chaco, el norte y el sudoeste de la Región Pampeana, el oeste de la Mesopotamia recibirá aportes superiores a la media, mientras que el sur del Brasil, el este de la Mesopotamia, gran parte del este de la Región Pampeana y el Uruguay observarán precipitaciones inferiores a lo normal.
Fuente: Bolsa Cereales de Buenos Aires