Se acabó el tobogán del garbanzo: después de cinco años, volvió a crecer la siembra

En Córdoba, la mayor productora del país de esta legumbre, se implantaron 10.100 hectáreas; un 27% más que el año pasado. No obstante, la cifra sigue siendo baja: está 72% por debajo del promedio histórico.

En Córdoba, la siembra del garbanzo 2023/24 finalizó en 10.100 hectáreas, de acuerdo con un relevamiento de la Bolsa de Cereales provincial.

Con respecto a la campaña previa, que marcó un piso en la última década con apenas 8.000 hectáreas; representa un incremento del 27%.

Además, marca el fin del tobogán del cultivo, que recuperó hectáreas tras cinco campañas en baja.

No obstante, si se compara con respecto al promedio histórico para la legumbre, la variación negativa es de 72%.

EL HISTORIAL DEL GARBANZO

Córdoba se convirtió en la actualidad en la mayor productora nacional de garbanzo, luego de que este cultivo encontrara en el centro-norte de esa provincia un terreno propicio para su expansión.

Así, entre los años 2011/12 tuvo un crecimiento exponencial, al pasar de un promedio de entre 20.000 y 30.000 hectáreas entre 2011/12 y 2014/15, hasta trepar al récord de 86.000 hectáreas en 2018/19.

Sin embargo, constantes problemas climáticos, sanitarios y bajones en el mercado mundial, influyeron para que entrara en un terreno negativo del que recién está pudiendo salir en la presente temporada.

Precisamente, en su informe la bolsa cordobesa desataca que los motivos que influyeron en la decisión de siembra de garbanzo fueron el precio y la rentabilidad esperada del cultivo, el pronóstico climático, humedad inicial en el perfil del suelo, rotación, posibilidad de riego y, al igual que en trigo, la necesidad financiera.

PERSPECTIVAS PARA EL TRIGO

Por el lado del trigo, la entidad calculó que se sembrarán 824.900 hectáreas, la menor superficie desde la campaña 2013/14, cuando se implantaron 802.000 hectáreas. Entre los principales motivos para explicar este escenario, destacaron que el principal factor fue la humedad inicial del perfil.

Además, destacaron que las lluvias hasta el momento fueron menores a lo normal en el último trimestre, motivo por el cual muchos productores decidieron no sembrar. Otra variable a tener en cuenta es el precio del cereal  y la rentabilidad esperada del cultivo.

“Al salir de una campaña estival complicada hay mayores necesidades financieras, por lo que se decidió sembrar el cereal de invierno para disponer de capital a corto plazo con la cosecha del trigo”, explicaron.

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