El avance ruso se dio luego de que se rompió el acuerdo para la exportación de granos; en Moscú reclaman ganancias sobre el comercio exterior
La guerra entre Rusia y Ucrania vuelve a escalar. Tras abandonar el acuerdo para la exportación de granos, el país que preside Vladímir Putin ordenó un ataque a los puertos cerealeros de Ucrania.
Según señaló Rusia, se trata de «ataques masivos de venganza» en represalia al ataque ucraniano que derribó un puente carretero hacia la península de Crimea. De esta manera, se vuelve una situación crítica el abastecimiento de granos a nivel mundial.
Ataque a los puertos
“Moscú se retiró de un acuerdo de exportación de granos negociado por la ONU de un año de antigüedad, una medida que, según las Naciones Unidas, corre el riesgo de crear hambre en todo el mundo”, informó Reuters
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Esta medida fue la respuesta al ataque de Ucrania. Sin embargo, Rusia redobló la apuesta y apuntó contra los puertos de Crimea. El ataque dejó daños en casas e infraestructura portuaria.
“Los ataques rusos a los puertos proporcionan una prueba más de que el país-terrorista quiere poner en peligro la vida de 400 millones de personas en varios países que dependen de las exportaciones de alimentos de Ucrania», dijo a Reuters Andriy Yermak, jefe del gabinete presidencial de Ucrania.
El ataque estuvo conformado por seis misiles Kalibr y 36 drones, de los cuales 31 fueron derribados. Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia manifestó que las fuerzas avanzaron 2 kilómetros en las cercanías de Kupiansk.
El mayor impacto de este escenario es el acuerdo de exportación de granos. Ambos países en conflicto son los principales exportadores de granos. Este contexto pone en alerta a los mercados del mundo.
“La decisión de hoy de la Federación Rusa asestará un duro golpe a las personas necesitadas en todas partes”, dijo a Reuters el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Rusia manifestó que está dispuesto volver al acuerdo, pero sí se cumplen todos sus requisitos. Como respuesta a este pedido, Ucrania pidió que el acuerdo continúe sin la participación de Rusia.
Por su parte, Turquía cree que puede intermediar para que Moscú regrese al tratado. En Rusia sostienen que un acuerdo sin su participación no da garantías.