La primera década de octubre presentó una recurrencia de lluvias sobre el centro de la región pampeana que la distingue del comportamiento pluvial que tuvo septiembre.

En los primeros diez días del mes el pasaje de dos sistemas frontales fue el origen de la inestabilidad que provocó el desarrollo de sendos sistemas precipitantes: uno por semana. De saldo dejaron lluvias modestas, con algunos chaparrones más significativos, pero con una distribución un poco más homogénea que la que se venía produciendo sobre la zona núcleo.

El primer evento estuvo más recostado sobre el oeste, en el noroeste de Buenos Aires, sur de Córdoba y norte de La pampa. El segundo, cerrando la primera década del mes, más sobre la franja este de la zona núcleo, en el sudeste de Santa Fe y noreste de Buenos Aires.

Esta distribución alternada permitió que las lluvias del inicio de octubre, en la zona núcleo, se ajusten bastante a los valores normales históricos de los primeros diez días del mes.

Es más que obvio mencionar que estos guarismos no son los esperados y mucho menos los necesarios si consideramos que los acumulados requeridos, para recuperar el nivel normal de los perfiles, exceden los 150 milímetros en la mayor parte de la región pampeana, principalmente en toda la franja oeste.    

La gran volatilidad que presentó la circulación del aire durante el mes pasado, y su ineficiencia para permitir que las masas de aire tropical alcancen el centro de la región pampeana, es responsable de que los sistemas frontales no encuentren condiciones atmosféricas propicias para un mejor desarrollo pluvial.

Esos mecanismos de escala regional continúan influyendo de manera negativa, mucho más que la presencia del fenómeno Niño que hace semanas está muy activo provocando anomalías positivas de las precipitaciones en el noreste del país y en el sur de Brasil.

De todos modos, aunque esa influencia se mantiene, la primera década del mes comienza a dar indicios de un cambio de tendencia. Octubre es un mes que provee mayor inestabilidad. El aumento de las temperaturas y del índice radiativo van a favor de eso y, normalmente, es lógico un cambio de circulación a escala regional y un aumento de la circulación del norte y del este con mayor aporte de aire tropical cálido y húmedo.

Los pronósticos de corto plazo parecen convalidar la sucesión de las precipitaciones sobre la franja central de la región pampeana. El ingreso de un nuevo sistema frontal, en el inicio de la próxima semana, anticipa la presencia de lluvias en la tercera semana del mes, seguramente no del volumen requerido, pero la recurrencia de las precipitaciones es una condición necesaria para el cambio de escenario.

El aspecto negativo es que el ingreso de un nuevo frente frío podría provocar heladas que perjudicarían los cultivos de invierno en el sur de la región pampeana. 

Fuente: BCR