La Recuperación de China de la Peste Porcina Africana y su Efecto en la Industria Porcina Mundial
La epidemia de peste porcina africana en China, que azotó al país entre 2018 y 2021, continúa proyectando una larga sombra sobre el mercado mundial de la carne de cerdo. Un nuevo informe de tres economistas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) destaca los impactos duraderos de esta crisis sanitaria en el sector porcino global.
China, Epicentro de la Crisis Porcina
China, que es el mayor productor y consumidor de carne de cerdo del mundo, se vio gravemente afectada por la peste porcina africana. A finales de 2021, el país empezó a recuperarse de la epidemia, pero el mercado interno de carne de cerdo aún muestra signos de volatilidad. La producción de carne de cerdo cayó un 18% por debajo de los niveles normales durante los 30 meses que duró la epidemia, lo que generó un aumento significativo en los precios al consumidor.
Impacto en el Mercado Internacional
A pesar de las importaciones récord de carne de cerdo, estas solo reemplazaron una quinta parte de la producción perdida en China. Este escenario llevó a una consolidación de la cría de cerdos en operaciones a gran escala dentro del país, lo que, a su vez, implicó mayores costos de producción debido a la necesidad de implementar prácticas de bioseguridad más estrictas.
El Futuro del Mercado Porcino en China y el Mundo
El informe del USDA sugiere que, aunque China ha expandido su capacidad de producción de carne de cerdo, la demanda de carne de cerdo importada podría mantenerse debido a los altos costos de producción locales. En 2022, China se mantuvo como el mayor importador de carne de cerdo del mundo por cuarto año consecutivo. Sin embargo, su participación en el mercado mundial fue considerablemente menor en comparación con el pico alcanzado durante la epidemia.
Conclusiones y Perspectivas Futuras
La epidemia porcina en China ha dejado una marca indeleble en el mercado mundial de carne de cerdo. Mientras el país asiático se recupera gradualmente, las repercusiones de la epidemia siguen afectando las dinámicas globales de oferta y demanda. La situación subraya la interconexión de los mercados agrícolas y la importancia de la bioseguridad en la producción animal.