Mes: diciembre 2023

En noviembre, la importación de fertilizantes exhibió un repunte con respecto al mes previo, pero todavía no alcanza para revertir la caída en los volúmenes contra el año pasado.

De acuerdo a un informe elaborado por la consultora AZ Group, las compras de urea entre octubre y noviembre crecieron en algo más de 100.000 toneladas, mientras que en el caso del fostato monoamónico (MAP) aumentaron en 16.000 toneladas.

Este dato se conoce en medio de la advertencia por la suba de retenciones y falta de insumos que las entidades que representan a las cadenas de valor de los cuatro principales cultivos a nivel nacional hicieron al Gobierno.

En un encuentro con funcionarios de la cartera de Bioeconomía, alertaron por el impacto que generará la suba de los derechos de exportación y también por la falta de urea.

LAS IMPORTACIONES DE FERTILIZANTES

Jeremías Battistoni y Félix Duncan, de AZ Group, explicaron que durante noviembre se importaron 171.600 toneladas de urea, a un valor de U$S 445 por toneladas.

El principal origen del fertilizante fue Egipto, con 77,300 toneladas y seguido por Nigeria, con 53.200 toneladas.

“Este volumen de urea significa la mayor importación mensual informada desde septiembre del 2022, llevando un acumulado anual de 731.000 toneladas frente a las 870.000 acumuladas a misma fecha del año pasado”, señalaron.

Pese al incremento de las importaciones durante noviembre -y si bien faltan los datos de diciembre, las compras de este insumo finalizarán por debajo de los números de 2022.

Los datos oficiales muestran que el año pasado se importaton 1,5 millones de toneladas de urea, mientras que entre enero y noviembre de 2023, este volumen no superó las 800.000 toneladas.

QUE PASÓ CON EL MAP

Las importaciones de fostato monoamónico de noviembre fueron de 90.900 toneladas, un incremento de 16.000 toneladas con respecto al mes anterior. En este caso, el principal destino de compra fue Marruecos, con 43.600 toneladas, seguido por China con 36.100 toneladas.

En el acumulado anual, las importaciones sumaron 725.000 toneladas, cifra que representa una merma interanual del 6,5%.

“Durante el mes de diciembre la demanda históricamente disminuye, siendo en promedio de los últimos diez años de 21.600 toneladas”, indicaron.

Un informe elaborado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima que el aumento de retenciones, si se aprueba tal como lo pretende el Poder Ejecutivo a cargo de Javier Milei, le reportará al fisco una recaudación extra de U$S 1.562 millones.

En total, el cálculo de la entidad porteña es que el Estado nacional obtendrá por este tributo U$S 10.071 millones en 2024.

Si las alícuotas no aumentaran –todavía resta que el Congreso apruebe los cambios–, la recaudación se ubicaría en U$S 8.509 millones.

Es decir, que el incremento de derechos de exportación que pretende el Poder Ejecutivo significa un alza recaudatoria del 18%.

LOS AUMENTOS DE RETENCIONES

La proyección de la Bolsa se basa en el proyecto de ley enviado por Milei al Congreso y que se resume de la siguiente manera:

Un alza del 31% al 33% de las retenciones al aceite y harina de soja, equiparándose con el poroto de la oleaginosa que ya tributaba ese valor.

Un aumento hasta el 15% de todas las retenciones, a excepción de:

• El complejo vitivinícola y el aceite esencial de limón, economías regionales que lograron reducir el aporte que tendrán que realizar del 15% al 8% (en los últimos meses, habían eximidas por el exministro Sergio Massa en el marco de su campaña electoral presidencial).
• Los complejos olivícola, arrocero, cueros bovinos, lácteo, frutícola, hortícola, porotos, lentejas, arveja, papa, ajo, garbanzos, miel, azúcar, yerba mate, té, equinos y lana, que mantendrán un 0% de alícuota.

Cabe recordar que el tema de este incremento impositivo ha generado múltiples rechazos dentro de la cadena agroindustrial argentina.

Además de sectores específicos como el maní, que quedó con la alícuota máxima del 15%, en las últimas horas sumaron fuertes reclamos el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) y las cuatro cadenas (Acsoja, Asagir, Maizar y Argentrigo).

Las buenas noticias vinculadas al cambio radical que tuvo el régimen de lluvias, de la mano de la llegada de El Niño, siguen apareciendo.

En su Panorama Agrícola Semanal (PAS), la Bolsa de Cereales de Buenos Aires aumentó 6,4% su proyección de cosecha de cebada.

La última estimación de la entidad porteña se ubicaba en 4,7 millones de toneladas y ahora la actualizó a 5 millones.

De esta manera, la cosecha de este cereal crecería 31,6% en relación a la campaña anterior, cuando la sequía hizo que fueran solo 3,8 millones de toneladas.

LOS NÚMEROS DE LA CEBADA

De acuerdo con el informe, se ha recolectado ya el 70% del área apta, con un rendimiento medio que se ubica en 43,2 quintales por hectárea, un 42% más que los 30,3 quintales que tuvo de rinde el ciclo 2022/23.

“Con el avance sobre Buenos Aires y La Pampa, se relevaron rindes por encima de nuestra previa estimación, escalando la proyección de producción a 5 millones de toneladas”, reveló la Bolsa.

En este marco, el único dato negativo es que sobre los núcleos cebaderos del sur bonaerense se están evaluando los daños tras la caída de granizo.

“Sin embargo, cabe mencionar que los rindes obtenidos al momento sobre el Sudeste de Buenos Aires son los que sostienen nuestra proyección de producción”, aclaró la entidad.

LA CEBADA, ZONA POR ZONA

Al mirar los datos de manera desagregada, se advierte realmente cómo el sudeste bonaerense es la región estrella del año, con rindes que promedian 60 quintales por hectárea, muy por encima del año pasado y del promedio de las últimas cinco campañas.

En el resto de las zonas cebaderas los valores no son tan altos en términos históricos, y solo en el “Núcleo sur”, que comprende al norte de Buenos Aires, se ve un aumento importante en relación al año pasado.

“Entre los temas tratados se destacan el impacto negativo de los derechos de exportación y los cambios anunciados, aún más negativos. Y que es imprescindible establecer un cronograma de reducción de las retenciones”.

Este párrafo forma parte de un comunicado que difundieron las cuatro entidades que representan a las principales cadenas agrícolas argentinas: la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja), la Asociación Argentina de Girasol (Asagir), la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar) y la Asociación Argentina de Trigo (Argentrigo).

Los principales referentes de estas asociaciones mantuvieron un encuentro con el subsecretario de Fortalecimiento Productivo y Sustentable para Pequeños y Medianos Productores Agroalimentarios, Pedro Vigneau; y con el subsecretario de Agricultura, Germán Di Bella, para dialogar sobre la situación del sector y las perspectivas de futuro.

“Los representantes de las cadenas expresaron su confianza en el nuevo rumbo y le desearon éxito en su gestión, ante un escenario crítico para el país”, indicaron.

Los funcionarios, por su parte, afirmaron que su objetivo a corto plazo es estabilizar la economía y luego implementar “un plan virtuoso para el sector agroindustrial”.

CRÍTICAS SOBRE LAS RETENCIONES

Si bien desde las cuatro cadenas no ahondaron demasiado sobre las críticas formuladas en relación a las retenciones, es una voz de descontento más que se suma a los múltiples reclamos emanados desde el agro en contra del aumento de alícuotas dispuesto por el Gobierno.

En este caso en particular, el maíz y el trigo sufrirán un incremento del 12% al 15%, el girasol del 7% (el aceite) al 15%, y la soja se mantiene en 33% y aumenta de 31% a 33% para aceite y harina.

En la reunión, por parte de Acsoja estuvo Rodolfo Rossi; por Argentrigo, Martín Biscaisaque; por Asagir, Juan Martín Salas Oyarzun; y por Maizar, Federico Zerboni.

Además de las retenciones, en la reunión se abordaron diversos temas económicos y productivos que afectan a las cadenas y que, de resolverse, podrían impulsar su desarrollo y contribuir a las metas de producción y exportación del gobierno.

“Creemos que generarán un impacto positivo en la economía y la sociedad”, sostuvieron.

Además dialogaron sobre las distorsiones que las retenciones generan intra-Cadenas, y de las políticas para fomentar la creación de valor en la transformación interna de las carnes.

También, sobre la situación crítica de la disponibilidad de fertilizantes, especialmente urea, que afectará la campaña actual.

“Se habló sobre los contratos forward y el mercado de futuros, los seguros agrícolas, el fomento de las especialidades en la producción de alimentos y derivados de la química verde, y los biocombustibles”, estipularon.

Señalaron que “la situación de las semillas para las especies autógamas, la logística y el manejo de la hidrovía, junto con la situación internacional y el impacto de las nuevas regulaciones comerciales” fueron otro de los puntos.

“La reunión se desarrolló en un clima de cordialidad y receptividad, y se solicitó la conformación de una Mesa de las 4C ampliada para tratar periódicamente los temas de agenda, como se hizo en gestiones anteriores”, indicaron.

A principios del año pasado la resolución 95/2022 firmada por el entonces ministro Julián Domínguez sacaba a la cancha el flamante Plan de Ganadería Argentina (GanAr), cuyo propósito era el de “aumentar la producción y mejorar la industrialización de la ganadería bovina de carne y de leche”.

Luego, las semanas pasaron y los tiempos de Domínguez al frente del Ministerio concluyeron. Y el Plan GanAr, más allá de algún préstamo que se gestionó en el momento, pasó a dormir en algún cajón de la ahora Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca.

Sin embargo esta semana el Gobierno decidió “revivirlo” y volvió a ponerlo en funciones: este lunes la resolución 1615/2023 firmada por el ministro de Economía Sergio Massa establece el manual operativo para el funcionamiento del Plan GanAr.

“Tiene por objeto contribuir al aumento de la producción y de la productividad de la ganadería bovina de carne y de leche, así como mejorar su sistema de industrialización, a través de la bonificación de tasas sobre líneas de crédito y/o Aportes Económicos a través de convenios específicos con Provincias y otras entidades públicas o privadas vinculadas al sector”, indicaron las autoridades.

Entre algunos de los beneficios que dispone, la línea de créditos establecida originalmente contaba con una bonificación de 7% a través del FONDEP (Fondo Nacional de Desarrollo Productivo) sobre las tasas vigentes a ese entonces de los bancos adheridos.

Las inversiones elegibles son:

• Sanidad y biotecnologías reproductivas;
• Instalaciones para el manejo de hacienda y bienestar animal;
• Infraestructura predial;
• Implantación de pasturas, verdeos, forrajes conservados y alimentación estratégica;
• Incorporación de genética en pie con fines reproductivos;
• Las que realicen cooperativas agropecuarias y sus asociaciones y para generar apoyo a sus asociados y avalar su respaldo destinado a generar mayor agregado de valor en la cadena cárnica;
• Incorporación de tecnología ganadera y conectividad;
• Adecuaciones en frigoríficos de tránsito federal, provincial y municipal para la incorporación del troceo.

EL #PlanGanAr 🐄🇦🇷 ESTÁ EN MARCHA

Si sos productor ganadero, tambero o cooperativa agropecuaria, ya podés solicitar la bonificación de tasa para tu crédito. Más financiamiento e inversión es más producción y un mejor futuro.
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#ReconstrucciónArgentina pic.twitter.com/TI75t9hqES

— Julián Domínguez (@DominguezJul) February 1, 2022

Al momento de la redacción del Plan, el principal impulso para los productores es el otorgamiento de préstamos por hasta $ 100.000 millones.

“Serán beneficiarios del Plan las personas humanas o jurídicas que realicen actividades de producción y/o industrialización de ganado de carne, leche y subproductos que se encuentren inscriptas como tales en el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (Renspa) y/o en el Registro Único de la Cadena Agroalimentaria (RUCA), según corresponda”, indicaba la resolución original.

Durante el mandato de Domínguez, en varias oportunidades, el entonces ministro denominó a la carne, el trigo y el maíz como “bienes culturales de los argentinos. Por eso, la resolución fundante del Plan GanAr manifestaba esos lineamientos.

“La carne vacuna no sólo es la base de nuestra alimentación proteica, sino que forma parte de la cultura de nuestro pueblo y es el emblema que nos distingue y nos hermana, pudiéndosela considerar como un bien cultural, social y un producto emblemático de nuestro pueblo”, afirmaba uno de los fundamentos iniciales.

EL MANUAL COMPLETO