El sector agropecuario en Argentina ha demostrado una gran vocación por producir, pero el país se encuentra en un estado de inestable equilibrio. A medida que nos acercamos al final de una campaña en la que se depositaban muchas esperanzas, nos encontramos con obstáculos que han dificultado su desarrollo.
En primer lugar, el clima ha jugado en contra. Después de un año niña, el niño se bloqueó y tuvimos un enero complicado. Esto, sumado a una fuerte caída en los precios internacionales y una mayor presión impositiva, ha generado un panorama desafiante para el sector.
Además, los precios de los insumos se ajustan a un dólar más caro que el de la producción, lo que agrega más presión a los productores. A pesar de todas estas dificultades, el sector agropecuario sigue dando muestras de su vocación por producir, y todo el país espera ansiosamente los resultados.
La importancia de la estabilidad y las reglas claras
Para que el sector agropecuario y la economía en general puedan crecer y competir en el mundo, es fundamental contar con estabilidad y reglas previsibles. Esto incluye objetivos claros, seguridad jurídica y una carga impositiva acorde.
El sector agropecuario siempre ha estado presente en nuestro país, pero su potencial, resiliencia e innovación tienen mucho más para ofrecer. Sin embargo, ¿estamos todos a la altura del desafío?
Es necesario que cada uno de nosotros se comprometa y trabaje en conjunto para impulsar el crecimiento del sector agropecuario y de toda la economía. Solo así podremos dejar de depender del pronóstico climático y comenzar a depender de nuestras propias capacidades y acciones.
Estamos frente a una oportunidad única para cambiar nuestra historia. Es hora de despertarnos, de trabajar de manera colaborativa y de construir un país inclusivo que derrote a la pobreza y recupere su performance educativa. Si no aprovechamos esta oportunidad, estaremos condenados a repetir nuestra triste historia.
Fuente: Fundación Producir Conservando