El dirigente cordobés, que llegó a esa función convocado en su momento por el exsecretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, se fue por «diferencias entre los pedidos del ministerio y mi propuesta de gestión», según reveló.
El quehacer diario del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se vio sacudido este martes por la noche luego de que se conociera que su presidente, Juan Cruz Molina, presentó la renuncia al cargo.
“Buenas noches. Así es, presenté la renuncia hoy. Tuve alguna diferencia entre los pedidos del Ministerio y mi propuesta de gestión”, confirmó Molina ante la consulta de Infocampo, luego de que comenzara a trascender la noticia.
Y agregó: “Estoy agradecido por la oportunidad, orgulloso de trabajar en INTA y quedé a disposición para la transición”.
¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN EL INTA?
Aunque Molina no quiso ahondar en los motivos, aparentemente el detonante de su renuncia fue la presión ejercida desde el Poder Ejecutivo -fundamentalmente desde el Ministerio de Economía del que dependen las Secretarías de Coordinación de Producción y de Agricultura, Ganadería y Pesca- para achicar el plantel del INTA.
Actualmente, según reveló la periodista Carola Urdangarin, el organismo tenía en marcha un programa de retiros voluntarios al que habrían accedido solo 250 profesionales, cuando la intención de Economía es recortar 900 puestos.
Molina, si bien tiene experiencia política ya que fue muchos años secretario de Agricultura de Córdoba, tiene un perfil más técnico y su propuesta siempre fue trabajar por un INTA más “moderno”.
Pero en una entrevista con este medio apenas asumió, incluso subrayó que en el Instituto trabajaban las personas que correspondían, y que incluso en los últimos cinco años, la planta de personal no aumentó.
El tramo textual de esa entrevista fue el siguiente:
– Otro tema que es ineludible consultar en el contexto actual en el que el Gobierno ha decidido avanzar con numerosos recortes, por ejemplo de contratos: ¿El INTA está incluido en esos ajustes?
– Yo simplifico la complejidad de la gestión en la P de pensarnos, en la persona, en el presupuesto y en la programática. En el caso de la P de personas, esta semana pudimos dar cuenta que el INTA no tuvo ningún contrato anualizado durante 2023. Las incorporaciones que hubo son las adecuadas a un organismo de ciencia y técnica que son los becarios de formación, que son profesionales recién graduados que ingresan un plan de carrera dentro de nuestra organización, todo por concurso y que dan cuenta de su proceso de formación, hasta que llegan a formar parte de la planta permanente. Demostramos que la gente que está en INTA es la que tiene que estar: desde 2018 a la fecha la planta de personal no aumentó.
En este contexto no puede soslayarse como otro dato relevante que Molina llegó al cargo convocado por el exsecretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, que fue destituido de su cargo hace algunos meses, y ahora es probable que el Gobierno esté detrás de un nombre más “político” para llevar a cabo los ajustes pretendidos.