Las lluvias de la semana pasada han tenido un impacto positivo en el ánimo de los productores ganaderos de la región núcleo. Según un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, las precipitaciones detenían el deterioro de los suelos y mejoraban las reservas de agua, lo que es fundamental en un periodo donde el 80% de la región se encontraba en sequía.

El reporte destaca que las lluvias recibidas entre el 10 y el 17 de octubre oscilaron entre 20 y 90 milímetros, siendo Bigand, Santa Fe, la localidad que marcó el mayor registro con 94 mm. Este fenómeno natural no solo ayudó a frenar la caída del rendimiento del trigo, sino que también revitalizó las condiciones generales del cultivo, pues antes de las lluvias, 650.000 hectáreas estaban en condiciones regulares a malas, cifra que se redujo a 325.000 hectáreas tras las precipitaciones.
Fuente: BCR

