La actual política cambiaria, con un ritmo de devaluación de solo 1% mensual del peso, representa un semáforo amarillo para los despachos del sector, que el año pasado finalizaron con una mejora tanto en volúmenes como en facturación.
En 2024, las exportaciones de la industria láctea registraron un incremento tanto en volumen como en generación de divisas. Pero más allá de este dato, desde el sector advirtieron que el retraso cambiario podría significar un freno a este buen momento.