“Se fueron dando los pasos que creíamos necesarios», señala un referente nacional en el cultivo de pecán

De la oficina al campo, apostó a una producción que ya cubre más de 15.000 hectáreas en Argentina: “Tenemos condiciones para pensar en grande”

30deJuniode2025a las11:10

Desde Vivero Santa María – La Criolla, Concordia, Entre Ríos–, Juan Pablo Passini impulsó su transformación personal y profesional. Dejó el sector comercial urbano para convertirse en un referente nacional del pecán, combinando innovación, compromiso con la tierra e identidad productiva.

Vivero Santa María: una historia de raíces familiares, compromiso con la tierra y visión de futuro

“Yo trabajaba en la industria alimenticia y de limpieza. No me gustaba tocar ni un centímetro de barro”, contó Juan Pablo Passini,  actual vicepresidente del Clúster del Pecán y presidente del Consejo Local Asesor de INTA. Su historia con el pecán comenzó cuando se sumó a la empresa familiar de su esposa en Colonia San Bonifacio, Entre Ríos. “Me sumo a trabajar con el pecán cuando mi suegro firma un convenio de «Transferencia de Tecnología» con el Proyecto INTA ProPecan para producir plantas de Pecán de genética certificada y con sanidad comprobada”, aseguró. 

vivero santa maria

Desde entonces, el salto fue tanto personal como profesional. Juan Pablo se formó en la práctica, recorriendo el campo y especializándose en producción. También, avanzó en el plano institucional: “Me gusta brindar información y ayudar a la gente. Lo que hacemos acá va más allá del vivero: damos asesorías integrales para proyectos de inversión”.

vivero santa maria

Una unidad productiva con múltiples actividades

Además del pecán, la empresa combina distintas producciones agropecuarias. “Somos una empresa que tiene viveros de cítricos, viveros de pecán, un poco de ganadería y forestación —muy mínimo—, comentó Passini. El vivero de pecán a cielo abierto abarca entre 30 y 35 hectáreas, donde se producen anualmente cerca de 100.000 plantas.

También desde el Vivero Santa María, están incursionando en la producción en macetas, una técnica heredada del cultivo de cítricos. En paralelo, el vivero bajo cubierta de cítricos abarca 1,5 hectáreas, con una producción estimada de entre 120.000 y 150.000 plantas al año.

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En cuanto a plantaciones propias, cuentan con casi 70 hectáreas de nuez pecán, a lo que se suma un área consociada más grande aún en el proyecto La Matera, junto al cantante Abel Pintos. “Estamos consociados con todo lo que es el proyecto en La Matera. Le proveemos plantas de pecán a su emprendimiento rural y sustentableHoy ese proyecto está consolidado”, destacó Passini.

Para Juan Pablo, el corazón del vivero no está en la tecnología, sino en el conocimiento humano: “El vivero es artesanal. Por más avances tecnológicos o inteligencia artificial que venga, la calidad sigue estando en la mano de obra”, remarcó. Y concluyó con convicción: “La mano de obra especializada y calificada es fundamental”.

El desafío de introducir un cultivo nuevo en tierras tradicionales

Instalar el pecán en una región dominada por cítricos y arándanos fue un verdadero desafío. El arándano ofrecía buenos precios y la citricultura seguía siendo una actividad dominante. En los inicios, Passini enfrentó el enorme reto de generar confianza en un cultivo desconocido. “Cambiarle la mentalidad a otros productores o hacer que gente que venía desde otros rubros se volcara al pecán no fue fácil. Hoy todos hablamos del pecán, pero hace 20 años no era así”, enfatizó el productor.

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La falta de información, la ausencia de estructuras institucionales consolidadas y la resistencia al cambio complicaba el escenario. “Imaginate ir a una zona núcleo de cereales y oleaginosas en 2008, con la tonelada a 600 o 700 dólares. Hablar de un cultivo diversificado, con mano de obra intensiva, riego, fertilización… era como hablar en chino”, señaló el pecanero.

Sin embargo, la persistencia dio sus frutos. “Se fueron dando los pasos que creíamos necesarios. Hoy, muchas empresas grandes que antes solo hacían soja o trigo ahora tienen 50, 100 o hasta 150 hectáreas de pecán y se están asociando entre ellas”, remarcó Passini.

Hoy el sector pecanero cuenta con una institucionalidad fuerte: el Clúster del Pecán, la Cámara Argentina de Productores de Pecán, y vínculos con asociaciones internacionales como la de EE.UU. y México. “Somos una marca que se está imponiendo a nivel internacional”, afirmó Juan Pablo con orgullo.

cultivo pecan

Un presente prometedor y un futuro en expansión

Hoy Argentina tiene más de 15.000 hectáreas de pecan implantadas en 11 provincias. “Tenemos condiciones agroclimáticas, diversidad de suelos y una buena red técnica que permite pensar en grande”, aseguró el productor. Entre Ríos es el núcleo productivo, con grandes plantaciones en Villa Paranacito, Gualeguay, Colón, Villaguay y San José.

Además, el sector mantiene vínculos con Uruguay, Brasil, Estados Unidos, México y Sudáfrica, tercer productor mundial.

El mercado del pecán: entre la oportunidad global y el desafío local

El hito más reciente fue la apertura del mercado chino en marzo de este año, una noticia que generó expectativas en todo el sector. “China es un mercado gigantesco, que desabastece cualquier stock posible.”, comentó Passini. Sin embargo, aclaró que el camino hacia la exportación no empezó ni termina en Asia: “Antes de que tengamos el protocolo de fitosanitarios para poder comercializar a China, se hicieron muchos trabajos para abrir mercados como la Unión Europea y Rusia tanto de nuez con cáscara como pelado, y ahí logramos dar un valor agregado importante”. 

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También lograron introducir el producto en Medio Oriente, donde “se está empezando a conocer y gustar, y nosotros podemos satisfacer esa demanda. Eso es espectacular”, manifestó Passini.

Juan Pablo aseguró que ahora el gran desafío es el mercado interno. Se tiene que trabajar en una marca nacional del pecán argentino: “No hay una barrita de cereales, un sabor de helado o una línea de snacks de pecán masiva. Todo está en microregiones”, advirtió Juan Pablo.

Más que una producción: un vínculo emocional con la tierra

Para Juan Pablo Passini, el trabajo con el pecán va más allá del negocio o la producción. Es un compromiso personal, casi emocional. “Te deja un sentimiento de ser parte del cultivo, de sentirlo, de tener una mirada holística. Uno trata de ver todo, de estar encima, se siente partícipe”, reflexionó.

pecan en argentina

Proveniente de un rubro completamente distinto, Passini valora esa conexión con el campo que antes no conocía: “Estaba en la parte administrativa y comercial. Hoy, sentir ese arraigo que tiene la gente con la tierra, el sol, la lluvia, los vientos… eso te cambia”.

Y agregó una reflexión que sintetiza su mirada: “Cuando uno trabaja con producciones a cielo abierto, pasan cosas. No es fácil. Es difícil techar el cielo. Pero de a poco te vas haciendo parte de esa agricultura sustentable que tanto bien nos genera como país, y tantas divisas y alimentos que terminan en la mesa de cada familia”.

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