Girasol: una mirada integral para maximizar rendimiento y sanidad

Girasol: una mirada integral para maximizar rendimiento y sanidad

La producción eficiente de girasol exige un enfoque que combine variables productivas, sanitarias, de calidad y agronómicas, sumando además la capacidad de anticiparse a posibles problemas. Solo así es posible reducir pérdidas por enfermedades, aprovechar mejor los insumos y lograr sistemas más resilientes.

Desde hace décadas, el INTA investiga y desarrolla tecnologías para el cultivo, abarcando desde pautas de manejo y evaluación de híbridos adaptados, hasta estudios sobre sanidad y calidad. En este marco, la sanidad no se considera de manera aislada: factores como la elección del híbrido, la densidad de siembra o la estrategia de fertilización inciden directamente en la estructura del canopeo, el crecimiento foliar y la cobertura del suelo.

Durante el Congreso Aapresid 2025, realizado del 6 al 8 de agosto en La Rural, las especialistas Marina Montoya (INTA Balcarce, grupo de Patología Vegetal IPADS) y Carolina Troglia (INTA Balcarce, coordinadora de la Red Sur INTA–ASAGIR) participaron del panel “Diseñando el rinde: Estrategias integrales para potenciar el girasol”. Allí destacaron la importancia de integrar la sanidad como variable clave para sostener la productividad.

Montoya señaló que el punto de partida es una caracterización precisa del ambiente productivo: historial del lote, rotaciones anteriores, presencia de malezas —incluidos los “girasoles guachos” hospedantes de patógenos— y fechas óptimas de siembra. Con esos datos, se puede definir qué híbrido y qué manejo adoptar, priorizando combinaciones que optimicen la eficiencia sin generar condiciones favorables a enfermedades.

 

Entre las medidas preventivas recomendadas, la especialista remarcó la elección de híbridos con resistencia genética —parcial o total— y adaptados al ambiente objetivo. A esto se suman tratamientos de semillas, siembras tempranas, rotaciones planificadas, monitoreo permanente y control de malezas hospedantes.

Troglia recordó que la Red Nacional de Híbridos de Girasol, desarrollada en conjunto por INTA y ASAGIR, ofrece cada campaña datos productivos, sanitarios y de calidad de los híbridos disponibles en el mercado. Este trabajo se complementa con estudios sobre fertilidad de suelos, estrategias de fertilización, mejoramiento genético (tradicional y asistido con herramientas moleculares), monitoreo sanitario y pautas de manejo. Todo esto acompañado por una difusión constante hacia los productores.

En la campaña 2024/25, el girasol enfrentó condiciones climáticas muy variables según la región —norte, centro, sudoeste y sudeste—, lo que influyó en la aparición de enfermedades, aunque sin niveles preocupantes. Para 2025/26, los pronósticos anticipan alta variabilidad térmica y humedad relativa elevada en momentos críticos del cultivo, lo que podría favorecer enfermedades foliares de fin de ciclo y podredumbres. Por eso, las especialistas recomiendan ajustar las estrategias de manejo desde el inicio.

Una cita clave para el agro
Bajo el lema “Programamos el futuro del agro”, la 33.ª edición del Congreso Aapresid volvió a reunir, del 6 al 8 de agosto, a referentes nacionales e internacionales en La Rural de Palermo. Con más de 30 años de trayectoria, este evento conecta innovación, tecnología y conocimiento para impulsar sistemas productivos cada vez más sustentables.

Este año, los contenidos se organizaron en siete ejes temáticos: Aprender produciendo, Desafíos globales, Innovación y AgTech, Manejo de plagas, Sistemas integrados, Sistemas productivos sustentables y Perspectivas sociopolíticas.

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