En un nuevo episodio, Laucha y el equipo de Locos X el Asado se animaron a un desafío distinto: poner en la parrilla cortes de vaca vieja de pastura; una carne con menos ternura, pero con un sabor profundo y auténtico que divide opiniones y despierta pasiones
En el universo del asado argentino hay debates que nunca se cierran: carbón o leña, jugoso o a punto, costillar o vacío. Ahora, Locos X el Asado suma otro capítulo a esa eterna discusión: ¿Qué pasa si en lugar de apostar por el clásico novillito, ponemos en la parrilla una vaca vieja de pastura?
Cómo se hace una vaca vieja
Para responderlo, Laucha de Locos X el Asado visitó a Lean, de Estancia Jesús María en El Palomar, y se trajo varios cortes de un animal de más de 8 años, criado 100% a campo. El dato no es menor: a diferencia del novillito, que garantiza terneza y un sabor más suave, la vaca vieja resigna suavidad para entregar una intensidad brutal en boca. “Acá la protagonista real es la carne”, resumió Lean, destacando que cada bocado lleva consigo el gusto a pastura y a campo abierto.
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Ya en la “casa de locos”, la experiencia comenzó con un ritual de paciencia: fuego bajo, cocción indirecta y horas de espera para que costillares y vacíos alcanzaran su punto justo. Mientras tanto, las entrañas de diferentes animales permitieron comparar texturas y jugosidad. La sorpresa vino de la vaca vieja: más grasa, más sabor y un equilibrio inesperado entre intensidad y jugosidad que incluso superó al novillo pesado.
El momento de la verdad llegó con el vacío. En su parte fina resultó sabroso y noble, aunque con más “mordida” que un corte tradicional. Pero fue el vacío ancho el que se llevó todos los aplausos: jugoso, potente y con ese gusto a carne que solo da la pastura. El costillar, en tanto, terminó siendo otra revelación: pese a la fama de duro, salió sorprendentemente tierno y con una curiosidad de sabores que conquistó al equipo.
El veredicto final fue contundente: la vaca vieja de pastura merece un lugar en la parrilla argentina. No es para cualquiera, porque exige técnica, tiempo y un paladar abierto a nuevas sensaciones. Pero cuando se acierta en la cocción, el resultado es una explosión de sabor difícil de igualar. “Si buscan potencia y carácter, este es el camino”, concluyó Laucha, invitando a sus seguidores a animarse a probar este tesoro escondido de la carne nacional.