Del interior santafesino a África: el aporte de APACHE y la siembra directa argentina en Sudáfrica

Desde Las Parejas, Santa Fe, hasta los campos sudafricanos: una empresa argentina demostró que el agro puede exportar mucho más que granos, llevando innovación, conocimiento y cultura productiva.

Lo que empezó como una aventura comercial terminó convirtiéndose en un cambio profundo en la manera de producir alimentos en el continente africano. APACHE, la histórica fábrica de sembradoras de Las Parejas, logró introducir la siembra directa argentina en Sudáfrica, un país donde las condiciones productivas parecían incompatibles con este sistema. Hoy, más de 200 sembradoras de la marca trabajan en suelos africanos y la experiencia se presenta como un ejemplo de cómo el agro latinoamericano puede proyectar tecnología, sustentabilidad y liderazgo más allá de las fronteras.

El protagonista de esta historia es Fernando Porcel, gerente comercial de la compañía, quien recuerda que «la primera vez que fui, me dijeron que era un mentiroso». No era para menos: en Sudáfrica los suelos presentaban pH extremadamente bajos, las prácticas agrícolas eran intensivas y tradicionales, y el concepto de siembra directa sonaba casi imposible. Sin embargo, la convicción y la persistencia permitieron avanzar paso a paso hasta consolidar un cambio cultural que hoy ya es irreversible.

Del interior santafesino a África: el aporte de APACHE y la siembra directa argentina en Sudáfrica

En el marco del Congreso CREA 2025, Porcel compartió su experiencia en la mesa «Geopolítica y posicionamiento del agro latinoamericano en el mundo», junto a Manuel Otero, director general del IICA, y el politólogo Federico Merke. El debate giró en torno a un interrogante clave: ¿cómo puede América Latina dejar de ser vista únicamente como proveedora de materias primas para convertirse en un actor global de innovación y sustentabilidad? La experiencia africana de APACHE fue utilizada como ejemplo concreto de que el agro regional puede exportar algo más que commodities: puede exportar modelos productivos eficientes y conocimiento aplicado.

La llegada de la siembra directa a Sudáfrica no fue simplemente la venta de maquinaria. Fue la transferencia de un sistema agrícola completo. El equipo argentino trabajó en la corrección de suelos degradados, en la introducción de rotaciones estratégicas y en la capacitación sobre fechas de siembra, densidades y genética adaptada. También se incorporó la soja como cultivo clave, prácticamente inexistente en el país, lo que diversificó la oferta agrícola local y abrió una puerta hacia nuevos mercados de exportación.

Los resultados fueron contundentes: una reducción del 60% en el uso de tractores, menor consumo de combustible, eliminación de prácticas intensivas que degradaban la tierra y una mejora sostenida de los rendimientos. «Nos convertimos en predicadores de la siembra directa», suele resumir Porcel, sintetizando una experiencia que exigió paciencia, formación y empatía cultural para lograr que los productores sudafricanos confiaran en un modelo desconocido para ellos.

Del interior santafesino a África: el aporte de APACHE y la siembra directa argentina en Sudáfrica

Este proceso se conecta de manera directa con el debate geopolítico. En un escenario internacional atravesado por la creciente demanda de alimentos en Asia y África, el cambio climático y las disputas por recursos naturales, el agro latinoamericano tiene la oportunidad de enseñar, integrarse y liderar. Enseñar porque cuenta con un modelo probado que combina eficiencia con cuidado ambiental; integrarse porque puede construir alianzas estratégicas con otros continentes basadas en cooperación tecnológica; y liderar porque dispone de conocimientos en biotecnología, agricultura de precisión y energías renovables que lo posicionan en la agenda global.

Pero la presencia de APACHE en África no se limitó al plano técnico. La empresa también entendió que para generar confianza había que construir comunidad. Por eso decidió patrocinar a un club de rugby sudafricano, un gesto que se convirtió en símbolo de integración cultural. «El rugby nos enseñó que los valores de equipo, esfuerzo y estrategia son los mismos en cualquier lugar del planeta», recuerda Porcel. Ese tipo de acciones ayudaron a consolidar un vínculo más profundo con los productores locales, demostrando que la innovación también se construye desde los lazos sociales.

 

La experiencia de APACHE en Sudáfrica es hoy un testimonio que trasciende el negocio y refleja el potencial del agro argentino en el tablero internacional. Desde un pequeño pueblo santafesino hasta un mercado agrícola africano, una empresa familiar logró demostrar que el país puede ofrecer al mundo algo más que materia prima: puede exportar conocimiento, tecnología y una forma de producir alimentos más sustentable. En palabras de Porcel: «Cuando empezamos en Sudáfrica nos miraban con desconfianza. Hoy nos buscan como socios estratégicos. Esa es la mejor prueba de que el agro latinoamericano puede liderar con conocimiento, innovación y sustentabilidad».

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