Cuenta regresiva para Vicentin: en las próximas horas se define quién se queda con la emblemática agroexportadora

El juez Fabián Lorenzini fijó el plazo final del proceso de «cram down» para el 1° de noviembre. Molinos Agro-Louis Dreyfus y el grupo Grassi compiten por quedarse con la compañía. El desenlace marcará un nuevo capítulo en la historia del agro argentino.

En las próximas horas se conocerá quién será el nuevo propietario de Vicentin SAIC, una de las agroexportadoras más emblemáticas de la Argentina. El plazo para votar por alguna de las dos propuestas vence a las 00:01 del sábado 1° de noviembre, según lo dispuso el juez concursal Fabián Lorenzini.

De esta manera, el magistrado dejó en claro que una vez concluido el proceso de «cram down», ya no habrá posibilidad de presentar conformidades. El futuro de la empresa se definirá entre dos grupos competidores:

  • El consorcio integrado por Molinos Agro S.A. y Louis Dreyfus Company (LDC).

  • El grupo Grassi S.A., con una propuesta propia de reestructuración y plan de negocios.

En un escrito aclaratorio, Lorenzini ordenó que el oferente que obtenga las mayorías necesarias deberá informar el número total de conformidades y el monto total de capital representadoindividualizando las últimas cinco adhesiones.

El juez solicitó que cada una de esas cinco conformidades detalle CUIT, domicilios, representantes, fecha, correo autorizado, teléfono, monto y tipo de crédito, con el fin de verificar la autenticidad de las adhesiones.

«La clave del cram down de Vicentin reside en alcanzar las mayorías numéricas y de capital, lo que implica convencer a cientos de acreedores granarios», señala el escrito judicial.

Además, la Sindicatura Plural deberá revisar y validar los votos una vez que alguna de las partes declare haber alcanzado las mayorías. En ese recuento podrán participar los representantes de ambos grupos, bajo supervisión judicial, para garantizar transparencia y evitar irregularidades.

Según la última actualización de los síndicos, el total de acreedores con derecho a voto asciende a 1.722, mientras que el capital concursal alcanza los $100.412.824.176.

Estas cifras serán las que se tomen como base para calcular las mayorías numéricas y de capital requeridas para definir al nuevo propietario.

En este tipo de procesos, la propuesta ganadora es aquella que logra la mitad más uno de los acreedores y las dos terceras partes del capital adeudado.

La definición llega tras una semana de intensa negociación.

Por un lado, el consorcio Molinos Agro-Louis Dreyfus presentó una mejora sustancial en su propuesta de pago a los acreedores, buscando reforzar su posición frente al grupo rival.

Por el otro, Grassi S.A. elevó un plan de negocios que plantea una estrategia de vinculación comercial con Cargill y Bunge, orientada a maximizar la eficiencia operativa, diversificar riesgos y asegurar colocación competitiva en los principales destinos globales.

El documento de Grassi sostiene que «la estrategia para Vicentin se apoya en la vinculación con socios estratégicos para potenciar su cadena comercial y asegurar presencia global».

Uno de los puntos destacados del plan presentado por Grassi es el «Nodo Norte», donde se ubica la planta de bioetanol, considerada un activo clave para la reconversión industrial de Vicentin.

El grupo propuso ponerla en valor junto a Porta Hnos S.A., reconocida empresa cordobesa con trayectoria en tecnología y producción de biocombustibles.
El objetivo es impulsar un polo energético sustentable en el norte santafesino, en línea con las tendencias globales de descarbonización y economía circular.

La resolución del cram down marcará un punto de inflexión en la historia reciente del agro argentino. Tras más de cuatro años de idas y vueltas judiciales, Vicentin -símbolo de la pujanza agroexportadora y de la crisis financiera del sector- podría finalmente encontrar un nuevo rumbo bajo manos privadas.

 

El resultado no sólo determinará el futuro de la compañía, sino también la configuración del negocio agroindustrial argentino en los próximos años, especialmente en el polo aceitero del Gran Rosario, donde se concentra buena parte de las exportaciones de granos y derivados del país.

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