El campo mira al cielo: crece la preocupación por el impacto de las inundaciones en la nueva campaña

Las lluvias prolongadas mantienen bajo el agua vastas zonas del centro bonaerense, y los productores temen por el futuro de la siembra y de la ganadería. Un informe advierte sobre las consecuencias si el agua no baja a tiempo.

El centro y oeste de la provincia de Buenos Aires atraviesa un momento crítico. Con campos que permanecen anegados desde hace meses, los productores siguen midiendo cada día cuánto falta para volver a trabajar la tierra. La incertidumbre crece ante la posibilidad de que buena parte de la campaña agrícola 2025/26 quede comprometida si el clima no da un respiro en las próximas semanas.

El productor e ingeniero Ignacio Iturriaga, radicado en la Cuenca del Salado, elaboró un estudio técnico que advierte sobre el impacto económico que tendría la imposibilidad de sembrar y criar hacienda en las zonas inundadas. El análisis combina costos directos, márgenes brutos y efectos en cadena sobre toda la economía rural.

«Lo que no se invierte por estar tapado de agua no es plata que pierde el productor: es plata que no circula en el pueblo, que no se reinvierte y que frena a toda la comunidad rural», explicó Iturriaga.

En su campo, el agua aún cubre zonas que hace un año estaban sembradas. «Tengo lotes donde el agua me llega a la cintura, y el panorama no cambia desde mayo», señaló. En los campos más bajos, directamente no hay posibilidad de siembra ni manejo ganadero, mientras que en las partes altas recién empieza a verse algo de recuperación.

El campo mira al cielo: crece la preocupación por el impacto de las inundaciones en la nueva campaña

Desde Carbap, el secretario Pablo Ginestet coincidió en que el daño no está completamente consolidado, pero el riesgo es alto. «Hay sectores que podrían sembrarse más tarde o con otros cultivos, pero el tiempo juega en contra. Si el agua no baja, el impacto económico puede ser muy grande», advirtió.

La principal preocupación del sector está puesta en la soja de primera, cuyo período óptimo de siembra termina hacia fines de diciembre. Cada semana que pasa sin poder entrar al lote reduce el potencial de rendimiento y, en muchos casos, directamente deja al cultivo fuera de ciclo.

La ganadería, en tanto, enfrenta su propio drama: los bajos donde se concentran los rodeos son los más afectados. «Lo ganadero es lo más bajo del campo, y eso es lo que más va a tardar en secar. En algunos sectores tengo dos metros de agua. Ahí no hay nada que hacer», describió Iturriaga.

El campo mira al cielo: crece la preocupación por el impacto de las inundaciones en la nueva campaña

Las lluvias extraordinarias de mayo -más de 450 milímetros en pocos días- volvieron a poner en evidencia la deuda estructural de las obras hidráulicas en la cuenca del río Salado. Según Iturriaga, aún faltan 32 kilómetros de canalización, lo que genera un embudo que impide que el agua escurra hacia el mar.

«El cuello de botella está en el puente de la ruta 205, donde el Salado se angosta y el agua prácticamente no corre. Si no se interviene ahí, todo lo que se haga aguas arriba pierde efecto», explicó.

Si bien el Gobierno anunció la reactivación parcial del dragado, los tramos A y B -los más críticos- siguen sin avances, lo que agrava la permanencia del agua en la zona.

Desde mayo, el exceso de lluvias duplicó los promedios históricos en gran parte del interior bonaerense. Los suelos saturados, los caminos rurales destruidos y los canales desbordados dejaron al descubierto la fragilidad de la infraestructura productiva.

Más allá de las cifras, lo que domina el ánimo del sector es la incertidumbre. Los productores aseguran que este ciclo será clave para definir no solo la próxima cosecha, sino también la recuperación económica de las comunidades rurales.

«Esto no es solo una pérdida del campo, es una pérdida del interior. Cada peso que no se invierte en la producción se deja de mover en los pueblos», resumió Iturriaga.

 

Mientras el agua avanza y el tiempo corre, el campo bonaerense espera que el clima dé una oportunidad para empezar a reconstruir la próxima campaña.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *