Emmanuel Macron confirmó que Francia rechazará el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, alegando que no protege a los agricultores franceses ni cumple las normas ambientales europeas.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció que su país no respaldará el acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, en una señal clara de resistencia a la apertura del bloque europeo hacia los productos agrícolas sudamericanos. La declaración se produjo durante una reunión con 300 agricultores franceses en Toulouse, quienes expresaron su preocupación por la competencia que implicaría el ingreso de alimentos «que no respetan las mismas reglas» de producción que se exigen en Europa.
«Francia no puede validar en estos momentos el proyecto de acuerdo con los países del Mercosur porque no protege los intereses de nuestros agricultores«, afirmó la ministra de Agricultura Annie Genevard, quien acompañó al mandatario en el encuentro. La funcionaria agregó que «no se puede aceptar que se importen productos que no cumplen las normas ambientales y sanitarias que imponemos a nuestros productores».
El compromiso de Macron llega en un momento clave para el tratado, que lleva más de dos décadas de negociaciones y que había retomado impulso en los últimos meses con el apoyo de Bruselas y de varios países sudamericanos. Sin embargo, la oposición del gobierno francés, tradicionalmente alineado con las demandas del sector agrícola, vuelve a poner en pausa la ratificación del acuerdo.
El presidente de la Federación Regional de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FRSEA), Jean-Marie Driat, celebró la postura oficial al asegurar que «el presidente se comprometió a no firmar el Mercosur hasta que se incluyan las cláusulas necesarias para garantizar la competencia leal«.
El rechazo francés se enmarca en una creciente presión política interna, donde el campo se muestra cada vez más crítico frente a los tratados de libre comercio. Para los productores, el ingreso de carne, soja o azúcar desde Sudamérica podría generar un fuerte desequilibrio en los precios internos, al provenir de países con costos y regulaciones ambientales mucho más laxas.
En el plano regional, la decisión de Macron representa un nuevo obstáculo para el Mercosur, especialmente para Brasil y Argentina, que buscan diversificar sus mercados y consolidar vínculos comerciales con la UE en un contexto global de tensiones geopolíticas.
El futuro del acuerdo vuelve así a quedar en suspenso. Mientras la Comisión Europea insiste en su relevancia estratégica, Francia endurece su posición y deja claro que, sin mayores garantías ambientales y productivas, el tratado no verá la luz.

