Legislación Agro: el bloque mayoritario en 2026 fue el que menos proyectos rurales presento

El Congreso cerró un año casi sin actividad productiva para el agro y con un oficialismo que aportó apenas el 5% de los proyectos del sector.

La Fundación Barbechando publicó su balance anual y volvió a encender una alarma que el campo conoce demasiado bien: el Congreso trabajó poco, produjo menos y no sancionó ni una sola ley vinculada al agro, aun siendo el sector que más divisas genera para la Argentina. Con apenas 21 sesiones11 leyes aprobadas y un gasto que superó los 671.698 millones de pesos, el desempeño legislativo de 2025 quedó muy lejos de lo que el país productivo reclama.

De los 2.723 proyectos de ley presentados, solamente 88 pertenecieron a la agenda agrobioindustrial, un magro 3,2% que refleja el escaso interés de la política por los temas rurales. Para colmo, el 70% de la actividad legislativa fue impulsada por la oposición, mientras que el oficialismo concentró su energía en frenar iniciativas que podían afectar el equilibrio fiscal. Lo que no hizo fue promover propuestas propias que modernicen o fortalezcan la competitividad del sector.

El golpe más fuerte para la cadena agroindustrial fue el bloqueo de los dos proyectos más relevantes del año: la baja gradual de retenciones desde 2026 y la creación de un nuevo régimen de biocombustibles. Ambos eran esperados por productores e industriales que vienen reclamando previsibilidad, menor presión fiscal y reglas que acompañen el agregado de valor. Sin embargo, quedaron archivados en un Congreso atravesado por la polarización y la parálisis.

Barbechando, aun reconociendo la pobreza del año legislativo, rescata que temas como retencionesfitosanitarios y biocombustibles volvieron a ocupar espacio en el debate público. Pero la conclusión es clara: el Congreso no atendió las demandas de ningún sector productivo, y el agro, una vez más, quedó para después.

La expectativa de cara a 2026 se sostiene en el cambio de composición de ambas cámaras: La Libertad Avanza (LLA) se transformó en la primera minoría en Diputados y quedó más cerca de liderar el Senado. Sin embargo, los números del informe son elocuentes: solo el 5% de los proyectos agropecuarios de 2025 provinieron de legisladores oficialistas. Es decir, el bloque que tendrá más peso parlamentario fue también el que menos trabajó en iniciativas para el agro, pese a declararse en sintonía con las demandas del sector.

El grueso de las propuestas rurales surgió de Juntos por la Patria, los partidos provinciales, la UCR y el PRO, que motorizan el 86% de la agenda agropecuaria. Para Barbechando, y para buena parte del empresariado del campo, este contraste deja abierta una pregunta incómoda: ¿estará realmente el agro en el radar legislativo del nuevo Congreso o volverá a quedar relegado detrás de discusiones políticas que nada tienen que ver con la producción?

Mientras algunos legisladores celebran haber frenado proyectos ajenos, otros señalan que un Congreso que no trabaja no es un Congreso mejor. En un país que necesita reglas clarasprevisibilidadinfraestructura, incentivos para la inversión y una discusión seria sobre retencioneslogísticasustentabilidad y agregado de valor, la inacción se convierte en un costo enorme para el futuro del sector.

La ilusión de que 2026 sea diferente existe, pero es tenue. El campo observa, una vez más, cómo la política sigue girando sobre sí misma. Y mientras tanto, la pregunta que muchos productores ya se hacen es inevitable: ¿podrá este Congreso -convertido demasiadas veces en una escribanía del Ejecutivo– saldar al fin la deuda histórica con el agro argentino?

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