El faltante fue detectado durante la vacunación antiaftosa y volvió a encender la alarma por la inseguridad rural. La causa quedó en manos de la Guardia Rural Los Pumas.
La inseguridad rural volvió a golpear de lleno al interior productivo de Santa Fe. Un productor ganadero denunció la desaparición de más de 100 animales -entre vacas, terneros y novillitos- de su establecimiento ubicado en Santo Domingo, en el departamento Las Colonias. El perjuicio económico fue estimado en 145 millones de pesos, pero el impacto va mucho más allá del dinero.
El damnificado es Lucindo Arber, productor que administra unas 200 hectáreas cerca del río Salado, a unos 60 kilómetros al norte de la capital provincial. El faltante fue detectado durante el operativo de vacunación antiaftosa obligatoria, cuando el veterinario advirtió que los corrales estaban prácticamente vacíos. De un rodeo de 450 cabezas, faltaban alrededor de 130 animales.
«Nunca me pasó algo así. Alguna vez me faltaron dos o tres animales, pero esto es tremendo. No es solo la plata, es el sacrificio de toda una vida criando hacienda», expresó Arber en declaraciones a Radio EME, visiblemente afectado por la situación.
El productor explicó que una parte del campo tiene como límite natural al río Salado y no descartó que los animales hayan sido sacados por allí, aprovechando el bajo nivel del agua. Sin embargo, remarcó que se trata de una zona muy transitada, lindera a la ruta provincial 80-S y cercana al distrito de Llambí Campbell, lo que hace difícil pensar en un arreo sin ser visto.
Horas después de confirmarse el faltante, Arber realizó la denuncia ante la Guardia Rural Los Pumas, Seccional 11 con base en Esperanza, que ya inició las tareas de investigación junto con personal de la delegación La Pelada. En las últimas horas se realizaron verificaciones en establecimientos de la zona de San Justo, mientras continúa la búsqueda de pistas que permitan reconstruir cómo se concretó el robo.
«Tengo confianza en que Los Pumas puedan esclarecer lo ocurrido. Seguimos esperando resultados», señaló el productor, que aún no sale del shock por el golpe sufrido.
El caso reavivó el reclamo por la creciente inseguridad rural en Santa Fe. En un comunicado reciente, la Sociedad Rural de Rosario advirtió que desde hace dos años solicita reuniones con los Ministerios de Producción y Seguridad sin obtener respuestas concretas. Denunció además la desarticulación de mecanismos de control, la falta de políticas específicas para el ámbito rural y un aumento sostenido de los delitos en los campos.
La entidad también cuestionó el desmantelamiento del sistema OJO, una herramienta de monitoreo y coordinación que había sido clave para prevenir abigeato, robos de maquinaria y hurtos de granos, y alertó que la agenda oficial de seguridad sigue enfocada casi exclusivamente en el ámbito urbano.
Mientras la investigación avanza, el caso de Santo Domingo se suma a una larga lista de hechos que vuelven a poner en agenda una problemática sensible para el agro: producir en el campo sin garantías de seguridad sigue siendo uno de los grandes desafíos pendientes.

