Las asociaciones de Brangus y Angus destacaron la firmeza de la demanda y los valores históricos, aunque advirtieron que el bajo stock y la falta de inversión limitan el crecimiento a futuro.
La ganadería argentina atraviesa uno de sus mejores años en términos de precios y demanda, impulsada por un mercado internacional activo, una recuperación climática que ordenó los sistemas productivos y un renovado interés por la genética. Sin embargo, detrás de ese escenario positivo, los referentes del sector coinciden en una advertencia clave: hay menos vacas, menos stock y límites estructurales que siguen condicionando el crecimiento de largo plazo.
Desde la Asociación Argentina de Brangus, su presidente Mauricio Groppo aseguró que el balance de 2025 fue ampliamente favorable. «Estamos cerrando un muy buen año para la ganadería y también para la asociación», afirmó, al destacar el crecimiento en remates auspiciados, ventas de reproductores machos y hembras y el fuerte dinamismo del mercado de embriones.
Según explicó, la demanda firme es una señal clara de confianza en el negocio. «Cuando la demanda está así es porque se vislumbra un futuro prometedor. No solo compran los actores tradicionales, sino productores que se expanden y nuevos jugadores que entran a la actividad», sostuvo. El dirigente remarcó que la mejora comenzó a notarse desde principios de año, primero en el precio del ternero y luego, con algo de rezago, en los reproductores.
En términos relativos, Groppo señaló que los valores superaron los promedios históricos, tanto medidos en kilos de novillo como en dólares, aunque aclaró que los costos también subieron. «Venimos de varios años muy complicados, con hasta cuatro campañas de sequía en algunas zonas, que afectaron el financiamiento y toda la cadena productiva», recordó, destacando que las buenas lluvias fueron clave para recomponer el ánimo del sector.
Los números de Brangus reflejan ese contexto: la raza cerró el año con una facturación superior a los $50.000 millones, un aumento del 13 % en remates, 8,4 % más toros, 17 % más hembras y un salto de más del 24 % en embriones. Además, se concretaron operaciones récord, como la venta del 50 % de un toro en $272 millones y, recientemente, el 33 % de una ternera de 15 meses en $105 millones.
Para Groppo, el fenómeno no es solo local. «Esto responde al momento que está atravesando la carne vacuna a nivel mundial«, explicó, y señaló los bajos stocks en Estados Unidos como uno de los factores que sostienen la demanda internacional.
Desde la Asociación Argentina de Angus, el diagnóstico fue similar, aunque con mayor énfasis en las alertas. Alfonso Bustillo, expresidente de la entidad, destacó que la ganadería «cerró un año muy interesante en precios», traccionada por la demanda de China, la Unión Europea y Estados Unidos. En el caso de Angus, 2025 fue récord en remates auspiciados, con 221 ventas, 270.000 cabezas comercializadas y presencia en 90 localidades.
Bustillo subrayó que los precios de los reproductores se mantuvieron firmes en moneda constante y remarcó el comportamiento del mercado de hacienda. «Si miramos el Mercado Agroganadero, el Índice Novillo MAG tuvo un incremento interanual del 92 %«, indicó.
Desde el punto de vista productivo, el clima acompañó en gran parte del país, con buena disponibilidad de pasto y alta demanda en todas las categorías. Sin embargo, el dirigente encendió luces amarillas al mirar el mediano plazo: el stock ganadero es el más bajo de los últimos 18 años, con una pérdida estimada de 2,6 millones de cabezas en los últimos dos años. A eso se suma un bajo peso de faena, que limita la generación de kilos por animal.
«La falta de financiamiento también juega en contra», advirtió Bustillo. «Sin crédito, se hace muy difícil alargar la recría y meterle más kilos al animal». Otro punto crítico es la relación ternero-vaca, que ronda el 65-66 %. «Con solo mejorar dos puntos ese indicador podríamos tener entre 400.000 y 500.000 terneros más por año«, señaló.
Para el dirigente, la salida está en profundizar la inversión en genética, manejo y nutrición, algo que ya muestra resultados en los sistemas más intensivos. «Se nota una diferencia muy clara entre quienes invierten y quienes no», afirmó.
La conclusión que dejan las principales razas es clara: 2025 fue un gran año para la ganadería argentina, con precios firmes y demanda sostenida. Pero si no se corrigen los problemas estructurales de stock, financiamiento y eficiencia productiva, el negocio corre el riesgo de chocar contra su propio techo en los próximos años.

